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Este miércoles pasó a mejor vida el Mons. Sebelio Peralta Álvarez (75), obispo de la Diócesis de San Lorenzo, quien venía arrastrando varios problemas de salud como la diabetes y una bronquitis, males que motivaron su internación en la unidad de terapia intensiva del Hospital San Roque.
El religioso estaba caracterizado por un carisma que le valió un gran acercamiento con sus feligreses, al realizar sus homilías en el idioma guaraní, ganándose la simpatía de todos los que asistían a sus celebraciones eucarísticas.
Lo que quizás pocos sepan es que antes de dedicar su vida a la oración y a la alabanza del Espíritu Santo, el prelado dejó una vida enfocada al deporte -específicamente al fútbol- para cursar los estudios eclesiásticos en el Seminario Menor de Villarrica y, posteriormente, en el Seminario Mayor de Asunción. Perteneció a las filas del Club Nanawa en la década de 1960. También se dedicó a dirigir pequeños equipos del deporte rey.
Tras cumplir, 75 años el pasado 19 de setiembre, Peralta presentó su renuncia de acuerdo a las normas eclesiales que recomiendan dimitir al llegar a esa edad; de hecho se encontraba aguardando la aceptación del Vaticano antes de diciembre, debiendo los representantes de la Santa Sede designar a su sucesor.
Ahora, tras su muerte, los sacerdotes el Consejo Presbiteral de San Lorenzo deben nombrar a un administrador diocesano que dirigirá los destinos de dicha dependencia religiosa hasta que el Papa nombre a un nuevo representante.
Antes de su fallecimiento, Mons. Peralta se encontraba dirigiendo el Equipo Nacional de Diaconado Permanente y miembro de la Comisión Episcopal del Seminario Mayor y de la Comisión Nacional de Liturgia, trabajando específicamente en las áreas de Religiosidad Popular e Inculturación. También era responsable del equipo de traducción de textos litúrgicos al guaraní. El domingo 1 de marzo del 2009 asumió como nuevo obispo de la Diócesis de San Lorenzo tras cumplir una misión pastoral durante 19 años en la ciudad de Villarrica.
Dirigió la Pastoral Universitaria y la Pastoral Familiar, y publicó un devocionario para la familia en el que recopiló las principales oraciones de nuestro pueblo. Su título, “Ñembo'e ryru”, que se convirtió en un material muy útil para los cristianos sencillos de nuestro pueblo. También editó tres folletos, material didáctico para los encuentros familiares, denominado “Ñande róga” 1, 2 y 3.