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Estos datos se desprenden del boletín emitido esta semana por el Ministerio de Educación y Cultura en el marco de la emergencia por crecida de ríos. En efecto, el inicio del segundo periodo lectivo estuvo marcado por un importante ausentismo, sobre todo en las zonas ribereñas, cuyos pobladores se vieron obligados a acudir a lugares más altos, como los albergues habilitados por la Secretaría de Emergencia Nacional.
Según Hugo Tintel, director de Gestión de Riegos del Ministerio de Educación, la ausencia de escolares en los primeros días de retorno tras el receso invernal era previsible porque la crecida obliga a movilizar los contextos educativos, es decir una pausa que el chico se toma mientras se adapta al nuevo lugar de acogida mientras se aguarda que las aguas retrocedan.
Cuatro instituciones educativas del Bañado Norte y Sur fueron tomadas por las aguas y se dispuso la reubicación, “sin que esto suponga la interrupción del cronograma; en las instituciones reubicadas se desarrollan normalmente las clases, con desayuno y merienda escolar”, expresó el funcionario a ABC Color.
En los Bañados hay un total de 2.252 alumnos matriculados; tras el primer día de clases, el lunes, la cantidad mínima de ausencias fue de 15 alumnos de la Escuela Básica Sotero Colmán en el Bañado Norte, en tanto que el máximo de ausencias se dio en la Escuela Privada Subvencionada Virgen de Luján del Bañado Sur, con 228 alumnos ausentes de un total de 255 matriculados.
Los lugares escogidos como sitios de reubicación van desde parroquias e iglesias evangélicas hasta seccionales, centros comunitarios y escuelas, todos escogidos bajo los criterios de cercanía con sus albergues. También si la situación lo requiere se implementan aulas móviles con capacidad para 60 alumnos que sirven como soporte para la escuela o colegio.
A pesar de que el aumento de los niveles del río es un evento natural y esperado, crea un problema social con las familias que viven desde hace años en la ribera. Actualmente, existe un total de 7.874 familias que ya fueron asistidas, de las cuales 3.476 son del Bañado Sur y 4.398 pertenecen al Bañado Norte. Entonces, se estima que son alrededor de 39.300 personas las que fueron expulsadas de sus terrenos por el aumento de la altura del río.