Ni rastros de los peones de estancia desaparecidos en el Chaco tras cumplirse 12 días

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La precaria vivienda donde vivían los peones desaparecidos, actualmente la casa fue destruida.Carlos Almiròn

Juan Carlos Gutiérrez Medina (58) y quien sería su ayudante un tal Patiño, único dato que se tiene del mismo, se encuentran desaparecidos desde el pasado 17 de octubre en la estancia Dakota La Blanca, distante a unos 140 km del casco urbano de Fuerte Olimpo. Los investigadores desconocen el paradero de ambos, en tanto que el patrón de los mismos, un pequeño ganadero, no puede llegar a su propiedad debido a que se le niega transitar por un camino privado perteneciente a una empresa ganadera.

Alejandro Servín Lucichi, quien ocupa la fracción denominada Dakota La Blanca, denunció la misteriosa desaparición de sus dos peones. Alega que la última comunicación telefónica con ambos fue el pasado 17 de octubre; desde entonces desconoce la suerte de los mismos, ya que se perdió todo contacto y el teléfono está apagado.

Lo peor del caso es que no puede llegar a su estancia, atendiendo que no existe un camino público, y la única manera de hacerlo es atravesando un camino privado de una empresa ganadera, por donde siempre solía hacerlo, esto gracias a que existe una orden judicial del 2021 emitida por un juez de Fuerte Olimpo, que le concede servidumbre de paso.

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Alejandro Servín Lucichi no sabe que paso de sus peones y sus animales vacunos.

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Sin embargo, extrañamente ahora los guardias privados que custodian el lugar le impiden pasar por el sitio. Ante esta situación, presentó una denuncia ante el Ministerio Público contra los administradores y abogados de este establecimiento ganadero en cuestión, por los supuestos hechos de desaparición de personas, invasión de propiedad, robo y apropiación.

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La abogada del denunciante, María Viviana Marti, presentó ante el juzgado un pedido de auxilio judicial para que se cumpla la orden de servidumbre de paso y se permita a su defendido llegar a su estancia, a fin de conocer qué pasó primeramente con sus obreros desaparecidos y también con los casi 100 animales vacunos que posee.

Lento actuar

El fiscal de la causa, Gabriel Rolón, dijo que buscará llegar al lugar donde se denunció la desaparición; en tanto, no puede autorizar el paso del estanciero denunciante por el camino privado, ya que esto se trata de una cuestión que debe decidir el juzgado en lo civil, que puede dar dicha autorización.

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Juan Carlos Gutiérrez Medina y su compañero de trabajo un tal Patiño, están desaparecidos desde el pasado 17 de octubre.

Por de pronto, el juez ante quien se presentó el pedido de auxilio judicial está solicitando las documentaciones de la denuncia arrimada ante la Fiscalía, para luego determinar sobre este pedido. Mientras todo esto sucede, ya transcurrieron 12 días sin que se sepa el paradero de ambos peones.

Por ahora, agentes policiales pudieron llegar al lugar donde supuestamente desaparecieron estos personales, y en el sitio denominado Riacho Syry encontraron restos de lo que sería una casa de palma totalmente destruida y a dos guardias privados contratados por una ciudadana brasileña, supuesta propietaria del lugar.

Según Servín Lucichi, el ganadero que no puede llegar a su propiedad, ese lugar donde llegaron los uniformados es el sitio donde antes estaba su estancia Dakota La Blanca. “La precaria casa derrumbada era mi vivienda”, dijo, “y tampoco sé qué pudo haber pasado con mis animales vacunos”, refirió.

Devorado por una kuriju

Juan Carlos Gutiérrez Medina, uno de los desaparecidos, es el hombre que en 2007 supuestamente fue devorado por una gigantesca kuriju, hecho que luego resultó ser toda una farsa ideada por la entonces pareja del hombre, con la intención de obtener ayuda.

Gutiérrez trabajaba por entonces en la estancia Karaja Vuelta, en el distrito de Puerto Pinasco, del departamento de Presidente Hayes. Su pareja ocasional en ese entonces, María Estela Lima, había denunciado que la enorme serpiente, de unos 10 metros de largo, primeramente golpeó con la cola a su compañero, luego lo envolvió y lo destrozó de pies a cabeza, para finalmente devorarlo.

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La mujer dijo también que los compañeros de trabajo de su esposo no pudieron ayudarlo, a pesar del esfuerzo. Estas declaraciones las realizó en la ciudad de Concepción, donde llegó en compañía de sus tres hijos menores, ninguno de ellos perteneciente a su pareja “tragado por la kuriju”.

Inicialmente, la historia causó una tremenda expectativa sobre cómo pudo haber sido devorado por la serpiente, pero luego, con el pasar de los días, se pudo corroborar que todo se trató de un invento, tramado por la mujer con el objetivo de obtener ayudas económicas por la difícil situación en la que se encontraba.

Doña Ciriaca Cabañas, tía de Juan Carlos, dijo que el hombre es huérfano de padre y madre y que solo tiene una hermana. “Él, desde chico, se crió con nosotros en la estancia, en el interior del Chaco, y lo que sucedió con respecto a la historia del kuriju fue un invento de la mujer que estaba con él por entonces. Mi sobrino no tiene esposa ni hijos”, sostuvo doña Ciriaca.

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Wilma Gutiérrez, hermana de Juan Carlos