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Los accesos “Chaco adentro” son un desafío para sus pobladores. En torno al Pilcomayo existe una pujante población que sobrevive gracias a la pesca y el ganado menor; sin embargo, las opciones de vialidad que poseen son precarias.
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Los accesos a la localidades como Pozo Hondo, Pedro P. Peña, La Pava, Represa y La Dorada son sumamente precarios y descuidados. La mayoría presenta un panorama intransitable.
El camino conocido como “Línea 10” tiene talcales que se “tragan” a los vehículos que circulan en la zona; los otros caminos terraplenados están en similar situación.
“Estamos con una emergencia vial en nuestra zona, los caminos internos y vecinales están en muy malas condiciones y se dificulta mucho el tránsito, más si hay un caso de emergencia (...) Es un problema de todos los años. No se realiza un buen trabajo por estos trayectos, recién cuando empeora se movilizan las autoridades”, dijo el profesor Martín Carema, quien además agregó que muchos alumnos obligados por la situación recorren kilómetros a pie porque no pueden ser trasladados de otra forma.
Desidia de la Gobernación
Estos caminos terraplenados deben ser mantenidos con frecuencia. La zona están a cargo de la Gobernación de Boquerón, mediante su Secretaría de Obras; sin embargo, nada se hace.
La única respuesta que obtuvimos de los encargados es que estarían en reunión con representantes del MOPC para solicitar ayuda, sin más respuestas de una eventual reparación.
La situación es similar en los días de lluvia, en que con frecuencia por cuenta propia los pobladores deben conseguir motobombas para desaguar los trayectos con la premura de que puedan secarse y ser transitables de nuevo.
En febrero de este año, la zona de Pedro P. Peña quedó casi al borde del aislamiento porque la mayoría de los tramos de acceso al lugar estaban clausurados.
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Son muchos los tramos que deben ser constantemente reacondicionados. Tanto la lluvia como la sequía ponen a prueba la calidad de los trabajos con maquinaria que se realizan en la zona. Mayormente, las reparaciones solo se efectúan cuando la situación es crítica, por lo que los habitantes de la zona del Pilcomayo reclaman que el mantenimiento sea constante.