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Uwe Hutter, responsable de la producción agrícola de la Cooperativa Neuland mencionó que como cooperativa tenían la intención de cubrir en los últimos meses 16 mil hectáreas con variados cultivos, de los cuales lograron plantar 13 mil hectáreas. El maíz fue el rubro mayoritario, pero debido al estrés hídrico en la zona que va por tercer año consecutivo muchas hectáreas se están perdiendo. “Hasta ahora son 1300 hectáreas, pero esta semana cerraremos con 4 a 5 mil hectáreas más perdidas de soja y chía”, mencionó.
Entre lo cultivado puntea el maíz, le siguen la soja y el sorgo aunque hay productores que también realizaron cultivos específicos de chía y sésamo, todos corren la misma suerte.
Además del factor hídrico, el viento norte trae consigo temperaturas muy elevadas, lo que es un problema incluso para los productores que poseen algún sistema de riego. “No es solamente la falta de lluvias la limitante, el problema es hasta para las empresas que poseen su propio sistema de riego, el factor considerable también son los vientos fuertes y la evapotranspiración muy alta, el sistema de riego tampoco solucionan todo”, agregó.
La parte ganadera también está directamente afectada, los tajamares no cargaron lo suficiente, las últimas lluvias buenas fueron en noviembre del año pasado, pero la evaporación es bastante elevada con el calor. “El productor está aún esperanzado de poder levantar algo con las lluvias previstas para la semana entrante, la parte crediticia y de refinanciamiento seguramente tiene un plan pero el productor todavía tiene la expectativa de cubrir costos”, dijo Hutter.
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En cuanto al sector lechero, la situación es un poco más compleja ya que también por la sequía la mayoría no pudo realizar el ensilaje, lo que genera que se tengan que manejar mayormente con fardos de heno.
Del precio promedio que se manejaba por fardo que era G 120.000, pero los costos en los momentos más críticos llegaron a escalar hasta G 380.000 por fardo que no se podían aprovechar en la totalidad ya que muchos fardos venían con despojos y ramas imposibles de aprovechar.
Aunque el panorama en el momento es desalentador, Hutter también subrayó que en uno o dos años buenos el productor puede recuperar su inversión y también sus pérdidas. “El Chaco es así, con una temporada de buenas lluvias el productor recupera su inversión, el cuanto al maíz, con poco kilaje ya se cubre el costo de producción (...) se puede cultivar muy bien en el Chaco, hay factores que se tienen que cuidar, los costos de producción son relativamente bajos y con buena lluvia es recuperable, el productor está insistiendo y esperando que hayan mejoras”, finalizó.