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La población de la colonia Fernheim (que ¨significa hogar lejano¨) asentada hoy en la ciudad de Filadelfia, aún guarda memoria del pasado de persecusión que los llevó a cruzar el globo terráqueo en busca de un lugar en donde asentarse para practicar libremente su fe.
Alemania, que era el destino pensado en un primer momento, sufría una aguda crisis económica y aunque muchos inmigrantes lograron instalarse allí, en un momento dado decidieron no recibir más refugiados, igual determinación tomó Canadá, que era también una opción para este grupo, que casi igualaba en circunstancias a la primera ola migratoria menonita que fundó la Colonia Menno (Loma Plata ) en 1927.
Durante las severas persecuciones acaecidas en la época, los menonitas perdieron a casi todos los ancianos de la iglesia, predicadores y templos, muchos fueron deportados a Siberia y Asia central, sin posibilidad alguna de abandonar estos lugares.
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Los menonitas no fueron ajenos a esa tragedia. Además, todos los hombres capacitados que todavía subsistían se veían obligados a abandonar su hogar y oficio para alistarse en el Ejército Rojo, esta era una transgresión directa a la fe menonita, que es objetora de conciencia y no realizan servicio militar.
Fue así que gracias a la intermediación del profesor Benjamín Unruh, un 18 de noviembre de 1929 el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Julius Curtius presentó nuevamente a su gobierno el pedido de dejar entrar a los refugiados, pedido que gracias a la enorme presión mediática del momento fue concedida, así que un 25 de noviembre de 1929 finalmente cruzaron en tren lo que conocen como ¨Portal de la Libertad ¨ ( Das Rote Tor ) que era uno de los últimos bastiones a traspasar hacia Letonia y que les indicaba que definitivamente estaban fuera de la Unión Soviética, que entraría en ese momento en una oscura época.
Se calcula que entre los años 1932 y 1933, entre 1,5 y 4 millones de personas murieron de hambre, sin contar el episodio que la historia conoce como ¨La Gran Purga ¨ en donde se estima que 2 millones de ¨kuláks¨ (campesinos) y minorías étnicas fueron exterminadas.
Comenzaba así la segunda ola migratoria menonita a Paraguay, destino no planeado al principio, pero que gracias al accesible precio de la tierra y a la flexibilización del estado paraguayo de ese entonces que les permitió practicar su fe entre otras condicionantes. Finalmente fue hogar de muchos pioneros que hicieron florecer al Chaco, transformándolo en una potencia económica.
Nada fue fácil para los inmigrantes, comenzado por el largo trayecto que duró años hasta llegar a destino, pasando por el clima, extremadamente caluroso y el desafío de instalarse en una tierra donde nada había, cada paso dado fue un paso de fe, y los frutos de ese trabajo hoy están a la vista, la cooperativa Fernheim (la primera fundada en Paraguay en el año 1931) es actualmente uno de los motores económicos de la región, junto con las demás de su tipo.
Hoy, el Chaco atrae a personas de todo el país que migran para emplearse, siendo en la actualidad los menonitas un grupo relativamente minoritario pero con un gran poder adquisitivo, que lo administran tratando de no perder de vista los valores que practicaron sus abuelos y pioneros planteándose enormes desafíos, entre ellos el de desarrollar el factor social, ya que los diferentes grupos étnicos instalados en el Chaco obliga a buscar un punto de equilibrio y convivencia, necesarios para crecer como sociedad.