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La feligresía católica recuerda hoy la fiesta de la exaltación de la santa cruz, más conocida en nuestra religiosidad popular de nuestro país como kurusu ára. El Día de la Cruz se recuerda la exaltación de la santa cruz. También es conocida como la fiesta de las cruces o la cruz de mayo.
En Paraguay, la tradición de adornar la cruz nace con los primeros jesuitas y franciscanos que trajeron a los indígenas el culto y la adoración de la cruz. Se enraizó en la cultura popular paraguaya en la época del Dr. Francia.
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Cuando el dictador dispuso el cierre de los templos y conventos, los españoles fueron obligados a hacer sus calvarios de Semana Santa en el interior de sus casas. Con el tiempo, los creyentes trasladaron la adoración y la preparación del calvario para el 3 de mayo.
La costumbre principal en otros lugares del mundo se basa en vestir las cruces de los cementerios, caminos o parroquias con un paño nuevo y limpio para luego encender velas al pie de las mismas. Sin embargo, en nuestro país es usual que la recordación del Día de la Cruz se haga a un estilo más paraguayo, adornando la cruz con blancos paños y colocándola en el centro de una bóveda o gruta hecha de ka'avove'i o laurel. Esa especie de nicho natural se adorna con chipas que reproducen formas de palomitas o argollas las cuales se cuelgan de las ramas con hilos de colores.
Dependiendo de la situación, si la cruz es pequeña o está situada en un lugar cerrado, se suele colocar encima de la misma una especie de aro recubierto de ramas y flores del que se cuelgan las chipas. También se acostumbra adornar las cruces de las esquinas o kurusu peregrino, ya cada vez más escasas en los barrios de nuestro país, que son visitadas por los vecinos que rezan y cantan para luego repartir entre ellos y los curiosos las chipas que eran adornos.
La devoción se remonta al siglo II de nuestra era cuando Santa Elena, emperatriz romana y santa de la Iglesia Católica y Ortodoxa, buscó y encontró en el monte del Calvario la Vera Cruz en la que murió Jesús. Para ello mandó demoler el templo a la diosa Venus edificado en el sitio.
Se encontraron tres cruces, la de Jesús y las de los dos ladrones. Para saber cuál era la verdadera, la emperatriz mandó traer un difunto quien milagrosamente revivió, según la leyenda, al tocar la del Hijo de Dios.
Al encontrarla, dispuso la división del madero en tres partes: una fue enviada a Roma; otra, a Jerusalén, y la última, a Constantinopla.
Un día, la que pertenecía a Jerusalén fue robada por los persas, pero fue devuelta por el emperador bizantino Constantino. Ese día histórico es el que se rememora como el día de la santa cruz.
En algunos lugares, las cruces son vestidas el 1 de mayo y desvestidas el 31 de mayo. El paño de la cruz, es una especie de estola blanca, de tela fina, generalmente de hilo, cuidadosamente bordada, a veces con encajes en los bordes o hechas de nuestro ñandutí. Con frecuencia las cruces son adornadas con guirnaldas o coronas de flores, hojas de laurel y también con chipas que son obsequiadas a los que van a rezar ante las cruces.
Las cruces de los caminos, que casi siempre, indican lugares de muertes violentas convertidas en nichos y capillas, también son vestidas o adornadas. Hay cruces que gozan de fama, como el Kurusu Pablito.
Otras conocidas cruces de nuestro país son:
-Kurusu Infante: una cruz clavada sobre la tumba de un niño soldado desconocido, mártir de la batalla de Acosta Ñu, cerca de Eusebio Ayala.
-Kurusu San Roque: de Yaguarón, hecha con bastón ya bastante deteriorado por el tiempo que portaba la imagen de San Roque.
-Kurusu Cadete: sobre la calle Molas López en Trinidad, donde fue asesinado el Cadete Alberto Benítez.
-Kurusu Lidia Rosa: en Luís Granada y Murillo, donde la colegial Lidia fue violada y hallada muerta.
-Kurusu Pa´i Bartolo: junto al arroyo Bartolo.
-Kurusu Nicanor: estuvo en la Iglesia Virgen del Rosario, hoy se encuentra en la Casa Museo Ñembo'e Renda.
-Kurusu Calaverita: se encuentra en el Barrio Inmaculada de Concepción.