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“En este mes de marzo, antes de la Semana Santa, yo creo que recibiremos muy buenas noticias desde aquí (del Vaticano) al respecto”, expresó Esteban Kriskovich, embajador paraguayo ante el Vaticano, Roma, según publica la agencia de noticias IP Paraguay.
Explicó que esto es un proceso judicial canónico muy serio y no cualquier persona llega a ser beato y santo. “Hay un postulado general que es el abogado defensor que dice que tal persona merece ser santo o santa y otro que dice las razones por las cuales no debería ser; y se lleva a un proceso controversial; luego se debe demostrar la existencia de un milagro”, especificó.
En el caso de Chiquitunga, en junio del año pasado la Junta Médica del Vaticano concluyó en que la curación de Ángel Ramón se dio de una forma “inexplicable y maravillosa”.
Ahora se aguarda que la comisión de Obispos y Cardenales de la Congregación de las Causas de los Santos dé un dictamen final para el decreto del Santo Padre. Posteriormente, será beata.
La ceremonia de beatificación de María Felicia se hará en el Paraguay en mayo, en el estadio del club Cerro Porteño, según se anunció. Para la ocasión, el artista Koki Ruiz se encuentra preparando un retablo de rosarios, y serán necesarios unos 22.000, por lo que siguen pidiendo la donación de estos elementos de devoción a las parroquias más cercanas.
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La beatificación es la declaración oficial por parte del Papa de la ejemplaridad cristiana de la vida de una persona, con la que se autoriza su culto en la Iglesia católica en determinados actos o lugares.
María Felicia “Chiquitunga” nació en 1925. Desde joven formó parte del apostolado laico, Acción Católica, hasta que se unió a la congregación de la Orden de las Carmelitas Descalzas de Asunción. Desde su muerte en 1959, a la edad de 34 años, numerosas personas dieron testimonio de su intervención en milagros y obras de bien, y cada vez más personas fueron encomendándose a ella.