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González fue sorprendido, cuando estaba bebiendo un café, por Walter Martínez, un hombre que afrontaba un proceso por supuesto abuso sexual en que “Tito” era querellante. Armado con un revólver calibre 22, efectuó siete disparos. Seis proyectiles dieron contra el cuerpo de González y uno hirió al también abogado Claudio Dimitroff, quien estaba en la misma mesa.
Tras materializar el atentado, Walter Martínez se suicidó, dejando de esa manera cerrado el caso, que evidentemente se trató de una venganza. El hecho consternó a la sociedad correntina, debido a la gravedad de lo ocurrido.
Ernesto González era un conocido y polémico abogado que siempre estaba metido en casos que tenían mucha repercusión mediática. Uno de esos fue el de Luis Raúl Menocchio, un argentino que se instaló en Paraguay, pero en 2004 tuvo que huir, ya que fue acusado de doble homicidio. En Corrientes, Argentina, también mató a varias personas y hoy está condenado a cadena perpetua.
Menocchio, también conocido como el “El Gusano”, a inicios de 2000 apareció en la sociedad paraguaya como un próspero empresario de la televisión por cable. Se asoció a varias personas y montó una red de empresas que daban servicio de televisión por cable en Asunción y Encarnación. Luego, las empresas comenzaron a tener problemas legales y todo terminó en una demanda de estafa contra Luis Raúl Menocchio, quien contaba con la ayuda de personas influyentes, por lo que eludió ir preso por estos hechos.
La madrugada del 16 de agosto de 2004, Menocchio secuestró y mató a Eduardo Fidel Maciel, dueño de un local nocturno, y a la empleada del negocio Graciela Méndez, de 19 años. Ambos cadáveres fueron encontrados días después en las cercanías de un arroyo en dos tambores rellenados con cemento.
“El Gusano” se instaló en Corrientes, Argentina, bajo otra identidad, pero su sed de sangre seguía intacta y no pasó mucho para que vuelva a matar. El 10 de marzo de 2005, una embarcación que surcaba las aguas del río Paraná en la zona de Corrientes, Argentina, fue el escenario de un crimen.
El cineasta Claudio Nozzi fue asesinado y su cuerpo arrojado al río con un peso, para que se pierda en el fondo del río; sin embargo, flotó y la Policía encontró el cadáver. Se detuvo al barco y en el interior estaban varias personas, entre ellas un hombre con un documento a nombre de Hugo Jara. Todos los capturados fueron llevados presos a la comisaría y en ese lugar algo llamó la atención de un policía.
Hugo Jara fue separado del grupo y se indagó mejor sus datos, ya que tenía una similitud con el prófugo Luis Raúl Menocchio. Efectivamente, tras varias averiguaciones se pudo comprobar que Jara no era otro que el “El Gusano”. Fue en este proceso en que Ernesto “Tito” González defendió a Menocchio y, pese a que trató por todos los medios de sacarlo libre, un tribunal sentenció al imputado a cadena perpetua.