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“La causa es de todos, el dinero se gastó en los estadios, en vez de destinar a la educación y a la salud. ¿Si mi hijo está enfermo a donde lo llevo, al estadio?”, indicó Mara Martins, brasileña residente en Asunción, a Alejandro Acosta de ABC Color.
Martins estaba con otras 10 personas que marcharon a las 14:30 desde la avenida Mariscal López hasta la embajada de Brasil, ubicada sobre Coronel Irazábal casi Eligio Ayala. El grupo fue convocado a través de las redes sociales, explicó Martins.
La noche del viernes, un día después de las multitudinarias manifestaciones que llevaron a más de un millón de personas a las calles, la mandataria brasileña Dilma Rousseff se comprometió en pronunciamiento a la nación a atender a los reclamos de los manifestantes que protestan desde hace casi dos semanas en varias ciudades brasileñas, incluyendo las mayores como Sao Paulo, Rio de Janeiro, Brasilia y Porto Alegre, entre otras.
Inicialmente contra el reajuste en el precio del pasaje del transporte público, la ola de protestas derivó en un fuerte reclamo contra la corrupción, la mala calidad de los servicios públicos y los millonarios gastos del Estado en la organización de la Copa Confederaciones que se juega estos días en Brasil y la Copa del Mundo que acogerá dentro de un año.