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La diligencia judicial fue presentada por los fiscales María Unger, Federico Delfino y Francisco Ayala
La fiscala Mirna Rivas fue denunciada por mal desempeño de sus funciones ante el jurado de enjuiciamiento de magistrados por el defensor del imputado Guillermo Saúl Duarte, Favio Ramos, y no firmó la imputación presentada ante el juez de Garantías Jorge Garcete.
Según el documento de acusación, para los investigadores el responsable de la muerte (o desaparición de la estudiante) es Guillermo Duarte, involucrado en el proceso como acusado y detenido en la cárcel regional de Villarrica.
Según el relato de la acusación, “a las 12 horas aproximadamente del día 17 de abril, Guillermo Saúl Duarte, llega a bordo de su vehículo, de la marca Toyota, modelo Tercel, 4 puertas, chapa provisoria del Registro del Automotor PMX 347 PY, color plateado, hasta el lugar donde aguardaba Teresa Lichi el transporte para ir a la universidad, frente a la Iglesia Catedral de Villarrica, oportunidad en que la hoy víctima aborda el referido vehículo, se sienta al lado del conductor, dirigiéndose ambos con destino al Campus de la Universidad Católica, tomando la Ruta Nº 08, Dr. Blas Garay. Por el trayecto se habría iniciado una discusión entre Guillermo y Teresa, que llegó a su punto límite cuando Guillermo Saúl, aprovechando la indefensión de la mujer, le aplica fuertes golpes a Teresa en el rostro y la cabeza, provocándole un traumatismo severo. La víctima empezó a agonizar por algunos instantes para luego dejar respirar, produciéndose su deceso”.
El relato de los fiscales sobre el homicidio de Teresa Lichi prosigue expresando que“Guillermo Saúl Duarte, inmediatamente se ingenió para ocultar el cuerpo de su víctima, cargando en el valijero del automóvil, marca Toyota, tipo Premio, transportándolo hasta la localidad de Loma Guazú, límite entre las ciudades de Ñumi y San Salvador, donde procedió a la disposición clandestina procurando así la impunidad del hecho criminal que había realizado. Y siguiendo esta misma idea, Guillermo Saúl se apodera del teléfono celular de la víctima empezando a enviar mensajes de texto a algunos amigos de Teresa, y haciéndose pasar por ésta, les manifiesta que había viajado a la Ciudad de Asunción y que pronto regresaría a su casa, pretendiendo así que ningún familiar se ocupara en la búsqueda de la joven. Afortunadamente, días después del crimen, parte del cuerpo de la víctima sale a la superficie, lo que permitió establecer su identificación como así también las causas de su muerte".
El abogado de Guillermo Saúl Duarte Villalba, Favio Ramos, sostuvo que el relato de la acusación es “novelesco” y que no existen pruebas en contra de su cliente. “Los fiscales relatan los últimos minutos de la vida de la joven como si ellos mismos fuesen testigos del supuesto hecho luctuoso, que ni siquiera hay certeza que haya ocurrido. Para la defensa, Teresa Lichi puede estar viva en cualquier lugar del mundo. Por algo que se niegan a la prueba de ADN”, sostuvo el letrado.