El Tribunal de Sentencia, presidido por la jueza Laura Ocampo e integrado por sus colegas Cándida Fleitas y Sonia Villalba, condenó este jueves último a 10 años de pena privativa de libertad a Nicolás Ovelar Toledo (47 años), quien cumplía funciones como guardiacárcel en la Unidad Penitenciaría Industrial La Esperanza (UPIE), donde introdujo marihuana y alcohol.
El caso inicialmente estuvo a cargo del fiscal Osmar Segovia, quien en febrero de este año fue trasladado a una unidad multifueros de Paraguarí, por lo que durante el juicio la representación del Ministerio Público estuvo a cargo del fiscal antidrogas Andrés Arriola, quien solicitó una pena de 10 años.
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El agente penitenciario fue acusado y, ahora, condenado por la comisión de los hechos punibles de suministrar en forma irregular sustancias en una prisión, en este caso, por parte de un encargado de resguardar la seguridad de dicho recinto, establecido en el artículo 15 de la Ley N° 1340/88 antidrogas.
Así también, por tenencia de sustancias estupefacientes como el caso de la marihuana que le fue hallada en su poder, además de las 10 botellas de caña de 250 mililítros cada una.
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Guardiacárcel tomó su turno con sustancias en su poder
De acuerdo con los datos del caso, el 11 de octubre de 2023, Nicolás Ovelar Toledo, ingresó para tomar su turno como guardiacárcel a la Unidad Penitenciaria Industrial La Esperanza, a las 6:08. El mismo llevaba más que sus prendas y elementos de trabajo consigo al interior del recinto.
Esa mañana, cuando Nicolás Ovelar se disponía a traspasar el puesto de control N° 1, las revisoras encargadas de ese punto Graciela Notario, Catalina Servián y Silvia Vega, se percataron de que Ovelar tenía un bulto que sobresalía entre su campera.
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Al señalarle el bulto en la campera, la revisora Graciela Notario le solicitó a Ovelar que se saque la campera. El funcionario obedeció a medias, pues mientras hablaba se quitó la campera, que luego la dejó entre sus manos. Previo a esto, se había desprendido una riñonera que la pasó a otra revisora.
Ante la insistencia de las revisoras, de que se despoje del abrigo, el mismo manifestó que se sentía mal y pasó al sanitario inmediatamente. Al salir del baño, Ovelar entregó su campera, en relación a la cual ya no se observaba ningún bulto, lo que llamó la atención de las funcionarias.
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Condenado intentó ocultar sustancias
Inmediatamente una de las revisoras solicitó a la oficial de guardia su acompañamiento para verificar el sanitario. Una vez dentro, observaron que la ventana estaba abierta, lo que también levantó sospechas, ya que Ovelar pudo haber arrojado algún elemento a través de ella.
Es así que otra de las revisoras fue a la parte posterior del baño, donde debajo de la ventana encontró tres dosis de marihuana y 10 botellas de caña, de la marca “Tres Leones”. Esto, rápidamente, fue comunicado a la comisaría 4° Asunción, cuyos policías se constituyeron en el sitio y procedieron a la aprehensión del guardicárcel.
El mismo fue posteriormente puesto a disposición del Ministerio Público, donde se llevó a cabo la investigación correspondiente y luego, se presentó requerimiento conclusivo acusatorio el 6 de abril de 2024. La causa se elevó a juicio, instancia en la que Nicolás Ovelar fue condenado finalmente.
