Una recién nacida, de tan solo 23 días falleció en la madrugada de este lunes en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) Neonatal del Hospital Regional de Villarrica. La pequeña había sufrido varios paros cardíacos y necesitaba con urgencia la atención de un cardiólogo infantil, según la familia, pero no se logró conseguir al especialista a tiempo.
Según relató Griselda Hermosilla, tía de la bebé, los médicos informaron que la niña necesitaba un estudio de ecocardiografía para determinar si sufría una patología cardíaca, pero el hospital no contaba con un especialista disponible ese día. Tras haber sufrido tres paros cardiacos, se anticipó que no resistiría uno más. “Buscamos por todos lados, incluso en consultorios privados, pero no conseguimos. El único cardiólogo estaba de guardia en Caazapá y no podía dejar su puesto”, explicó entre lágrimas.
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Hermosilla sostuvo además que no se había establecido un diagnóstico preciso sobre la enfermedad de la pequeña. “Le daban medicamentos sin saber exactamente qué tenía. No sabíamos para qué servían los remedios que le estaban poniendo. Solo nos decían que estaba muy grave”, expresó.

La tía de la bebé contó que había nacido aparentemente sana, pero fue internada el sábado a la noche tras presentar un cuadro repentino de descompensación. Ingresó de urgencia a terapia neonatal y falleció alrededor de las 04:00 de la madrugada, habiendo pasado unas 36 horas.
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Respuesta del hospital
El director del Hospital Regional de Villarrica, Néstor Petersen, desmintió que el fallecimiento se haya dado por falta de atención especializada. “Desde su ingreso se presentó en un estado bastante grave, un estado con una enfermedad bastante avanzada, a tal punto que apenas unos minutos se la asistió en la urgencia pediátrica y posteriormente ella fue derivada a la unidad de cuidados intensivos neonatales, a una unidad en donde fue conectada a asistencia respiratoria mecánica”, explicó.

Petersen informó que el diagnóstico manejado por los médicos fue choque séptico y falla multiorgánica, derivado de una infección generalizada que habría comenzado con lesiones en la piel. “Se le inició el tratamiento agresivo con varios antibióticos de amplio espectro ante la sospecha diagnóstica que se confirmó después que se trataba de un choque séptico a punto de partida de partes blandas, es una infección que inició a nivel de la piel y posteriormente fue avanzando hasta invadir prácticamente todo el organismo”, señaló.
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En cuanto a la falta de cardiólogo, el director admitió que el hospital cuenta con ese especialista solo dos veces por semana, lo que complicó la posibilidad de realizar un estudio inmediato. No obstante, Petersen aclaró que la ecocardiografía solicitada era un estudio diagnóstico y que su realización no habría cambiado el desenlace.
“Los especialistas que cumplen funciones en la UCIN, le solicitan a prácticamente todos los pacientes que ingresan a esa unidad por tratarse de pacientes críticos. Pero creo que acá lo más importante es resaltar que en este caso en particular, por tratarse de una infección generalizada, que fue lo que le mantuvo inestable a esta paciente y le produjo este cuadro tan grave, este estudio en particular, al tratarse de un método diagnóstico y no así de tratamiento, no iban a cambiar el rumbo de esta enfermedad”, sostuvo.
Por último indicó que los informes médicos fueron remitidos al Ministerio Público según dicta el protocolo, para determinar si hubo algún hecho de relevancia penal sobre el cuidado previo de la recién nacida.
Turbio antecedente de la UTI Neonatal
La Unidad de Terapia Intensiva (UTI) Neonatal del Hospital Regional de Villarrica, inaugurada con presencia presidencial el 20 de febrero de 2025, se convirtió pocos días después en el centro de un escándalo nacional, tras comprobarse que el servicio fue habilitado “solo para la foto”, sin reunir las condiciones mínimas para funcionar.

Una auditoría posterior reveló que la unidad no estaba operativa en la fecha de la inauguración y que el primer paciente que debía recibir atención allí falleció por falta de terapia disponible.
Según constató la Superintendencia de Salud, el área de cuidados intensivos neonatales fue inaugurada en presencia del presidente Santiago Peña y la ministra de Salud, María Teresa Barán, pero los equipos médicos, divisiones internas y adecuaciones sanitarias necesarias no estaban terminados. La sala fue usada únicamente para el acto protocolar y permaneció cerrada durante los días siguientes mientras se realizaban las obras de acondicionamiento
La auditoría concluyó que la muerte del recién nacido fue consecuencia directa de la falta de atención oportuna y de la inexistencia real de un servicio funcional de terapia neonatal, pese a su reciente inauguración. El caso generó una fuerte ola de indignación y derivó en la remoción del entonces director del hospital, Cristian Matto, y de la IV Región Sanitaria, Elías Benítez.
