El desfile contará con una apertura especial: 150 bastidores de ñandutí confeccionados por artesanas locales y portados con orgullo por jóvenes y familias itaugüeñas, como símbolo del trabajo colectivo y de la herencia transmitida de generación en generación.

Entre las presentaciones destacadas se encuentran las alegorías “Virgen del Rosario, Reina del Ñandutí” y “El Edén del Ñandutí”, un recorrido visual que invita a conocer la historia, la belleza y la trascendencia de este arte.
Las escenas estarán divididas en tres momentos: el origen del ñandutí, el jardín del ñandutí y su proyección al mundo, reflejando la identidad y la espiritualidad del pueblo itaugüeño.
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Al término del desfile, la celebración continuará con la Elección de Miss Ñandutí 2025, desde las 13:00 en la Plazoleta Parroquial Nuestra Señora del Rosario, donde el arte y la belleza se unirán en una gran fiesta popular abierta a todo público.
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El evento forma parte de las actividades organizadas por la Municipalidad de Itauguá y la Comisión Directiva Coordinadora del Festival Nacional del Ñandutí, que buscan mantener viva una tradición que combina talento, historia y devoción.
Ñandutí, el ícono que teje la identidad de Itauguá
El ñandutí no es solo un encaje: es el alma tejida de Itauguá. Con hilos finos y manos pacientes, las artesanas y los artesanos de esta ciudad de Central mantienen viva una tradición que ha trascendido generaciones, convirtiéndose en un símbolo de identidad nacional e incluso internacional.
El término ñandutí, que en guaraní significa “tela de araña”, describe con precisión la delicadeza de sus diseños circulares, que evocan los hilos de una telaraña. Sobre bastidores, las tejedoras dan forma a piezas únicas que luego se transforman en blusas, manteles, vestidos, abanicos y hasta trajes de alta costura.

Es por esto que cada año, Itauguá rinde homenaje a este arte ancestral en un espacio donde las creadoras exponen sus mejores trabajos y muestran al mundo la belleza de una técnica que, aunque artesanal, resiste el paso del tiempo con elegancia. Muchas de estas obras han llegado a pasarelas internacionales, llevando consigo la historia, la creatividad y el talento paraguayo.
Más allá de su valor estético, el ñandutí representa también una fuente de sustento para decenas de familias itaugüeñas. Talleres familiares, cooperativas y ferias artesanales forman parte de un circuito económico que se fortalece especialmente en temporada de turismo y durante las festividades locales.

En tiempos en que muchas tradiciones se desvanecen, el ñandutí permanece firme. Desde niñas que aprenden a tejer guiadas por sus abuelas hasta jóvenes diseñadores que incorporan el encaje en prendas contemporáneas, Itauguá sigue apostando por su ícono más representativo.
Cada puntada del ñandutí, no solo embellece, narra una historia, reafirma una identidad y teje comunidad.
