Las viviendas precarias, de apenas 2,5 metros de ancho por 4 de fondo, fueron construidas en comunidades de Caaguazú, Yhú, J. Eulogio Estigarribia y Repatriación, y consisten en paredes de terciada y techos de chapa zinc. En total, el proyecto representó un gasto aproximado de G. 900.840.000 para la SEN, recursos que ya se están deteriorando a pocos días de su entrega. Los trabajos concluyeron el viernes pasado, sin embargo, varias estructuras ya fueron afectadas por el viento habitual en la zona, incluso antes de enfrentar algún temporal de mayor intensidad.
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Un claro ejemplo se observa en la comunidad indígena 8 de Diciembre, de esta ciudad, donde se entregaron 15 viviendas nuevas de terciada, pero un ventarrón registrado hoy desprendió gran parte de las paredes, dejando las casas inservibles.

El líder de la comunidad, Isacio Mendoza, señaló que las paredes volaron antes de que las familias pudieran ocupar las viviendas, y advirtió que las estructuras representan un peligro para los niños. Afirmó que los funcionarios de la SEN les manifestaron que las casas son provisorias hasta que el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH) construya las viviendas definitivas el próximo año, pero lamentó que las actuales no duren ni una semana. Mencionó además que unas 200 familias de su comunidad siguen esperando una solución real del Gobierno.
Mendoza dijo que no merecen el trato que reciben del Estado y exhortó a las autoridades nacionales a tomar con seriedad la crítica situación de las comunidades indígenas, que viven en condiciones de extrema precariedad.
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Desde la Dirección de Comunicación de la SEN, informaron que las viviendas fueron construidas con recursos propios y que su función es proveer refugio temporal mientras se concreta el proceso licitatorio del MUVH, el cual podría extenderse entre ocho meses y un año. Aclararon que las estructuras no son definitivas y solo buscan brindar protección momentánea a las familias indígenas hasta la construcción de viviendas de materiales dignos y permanentes.
