“Hoy celebramos el cumpleaños de la Madre de Dios, y eso produce en todos nosotros un gozo muy grande. El saludo del ángel a María ”Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo es también un llamado para que nosotros vivamos con alegría este día. Y esa alegría se renueva cada vez que llega una nueva vida al mundo”, expresó Giménez al inicio de su mensaje.
Asimismo exhortó a los presentes que los católicos deben defender la vida y respetarla desde su concepción, recordando que cada criatura es obra de Dios.
El obispo resaltó que en Paraguay, el 8 de setiembre fue instituido como la Jornada de la Vida, iniciativa que nació en el país con el objetivo de reforzar la conciencia sobre el valor de cada persona humana. “Es muy importante que tengamos presente la alegría que produce el nacimiento de un bebé, una criatura. Desde el seno materno Dios nos está tejiendo. La Biblia lo dice claramente, y si nosotros vamos en contra de eso, nos oponemos al mismo querer de Dios. La vida humana es sagrada y merece todo nuestro respeto”, manifestó con firmeza.
Agregó que “no se nos ocurra hacer cualquier cosa con la vida humana, porque eso va directamente contra lo que Dios quiere. Hay profetas que ya nos recuerdan: ”Él me ha tejido desde el seno de mi madre. Ese es el sentido profundo de esta fiesta, que nos llama a vivir en defensa de la vida y con esperanza en el futuro”.
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Nacimiento y esperanza
En otro momento, Giménez relacionó la solemnidad mariana con el Año de la Esperanza que celebra la Iglesia. Explicó que el nacimiento de la Virgen María fue “aurora de salvación” y fuente de esperanza para el mundo, recordando que la verdadera espera cristiana nunca es pasiva. “Esperanza habla de esperar, pero no de brazos cruzados, sino construyendo, viviendo con fe y compromiso. Así también debemos esperar la vida y recibirla siempre como un don de Dios”, señaló.
El obispo emérito insistió en que la alegría del nacimiento de María debe contagiar a los cristianos para vivir con gratitud y confianza. “Así como ella fue saludada desde el cielo con un mensaje de gozo, también nosotros estamos invitados a cultivar esa alegría, a pesar de las dificultades. Hoy no puede estar prohibido ser alegres. Hoy celebramos la vida, la esperanza y el amor de Dios”, remarcó.


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Fiesta mariana propia de Caacupé
Desde el año 2012, los caacupeños organizan su propia fiesta para honrar a la Virgen María en el día de su Natividad, el 8 de setiembre. Con el tiempo, esta tradición local se ha consolidado como una fiesta mariana de alcance nacional, que complementa a la gran festividad del 8 de diciembre, cuando miles de peregrinos acuden a Caacupé para la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
La comunidad caacupeña considera a la Virgen María como protectora y madre, y por ello mantiene viva esta celebración cada año, en un ambiente de fe, alegría y profundo sentido de pertenencia.