Desde tempranas horas, las instituciones educativas se sumaron al aliento colectivo. Estudiantes y profesores dejaron de lado sus uniformes habituales para ponerse “la piel de la selección”, como símbolo de fe y esperanza. Las calles volvieron a llenarse de banderas y camisetas; los vendedores ambulantes no dan abasto con la demanda de artículos alusivos a la Albirroja.
Empresas públicas y privadas también se sumaron a la movida, permitiendo que sus trabajadores luzcan la camiseta nacional como uniforme del día. En los comercios, se lanzaron promociones especiales y se instalaron pantallas gigantes tanto en restaurantes como en plazas, preparándose para vivir a lo grande el duelo de esta noche frente a Ecuador.
En San Pedro de Ycuamandyyú, la avenida principal ya se encuentra decorada y lista para la transmisión del partido mediante una pantalla gigante montada por la Municipalidad. Emprendedores locales se instalaron con stands de comidas y bebidas, listos para acompañar una posible celebración que muchos ya sienten en la piel.
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El ambiente es de fiesta, pero también de profunda emoción. La confianza es tremenda, la pasión es gigante, y la esperanza más fuerte que nunca. Todos quieren ver a Paraguay sellar esta noche el ansiado pasaporte al próximo Mundial.
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Que nuestros benditos héroes nos den la clasificación… y que el cazador de utopías, Alfaro, salga a la calle a celebrar con la gente, sería una locura hermosa. Sería una noche inolvidable para todo el país.
Hoy San Pedro late al ritmo de la Albirroja. Y como en cada rincón del Paraguay, el sueño de estar nuevamente en un Mundial vuelve a encenderse con fuerza.