La jornada comenzó bajo un cielo despejado. Familias enteras, con termos y mate en mano, se acomodaron pacientemente para encontrar el mejor lugar desde donde aplaudir el paso de los estudiantes, impecablemente uniformados y con pasos firmes, y de las bandas rítmicas, que hicieron vibrar cada esquina con sus redoblantes y trompetas.
El rojo, blanco y azul de la bandera paraguaya dominó la escena, ondeando desde los balcones y postes, mientras el público acompañaba con aplausos y emoción.
Piribebuy, coraje, orgullo y memoria
Se pudo observar cómo Piribebuy se vistió de memoria y coraje en una conmovedora representación de la Guerra de 1869.
Los estudiantes lucieron con vestimenta tradicional, otros con banderas y flores, todos con el mismo propósito de rendir homenaje a los héroes que dieron su vida por la patria.
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Jóvenes, niños y adultos dieron vida a los protagonistas de aquel episodio histórico, recreando con fidelidad y pasión cada escena de ese capítulo doloroso y heroico. Sus rostros transmitían el peso de la historia, y sus pasos firmes parecían marcar el compás de un recuerdo que sigue vivo en el corazón de Piribebuy.


El Mariscal Francisco Solano López apareció imponente, montado en su caballo y con el atuendo característico de la época, despertando la admiración y el respeto de los presentes. Entre aplausos y miradas de asombro, avanzó acompañado de soldados con fusiles y uniformes, mientras los redobles de tambores y las trompetas creaban una atmósfera que transportaba al público a 1869.

No faltaron las escenas más desgarradoras: madres con sus hijos en brazos, vestidos con ropas ensangrentadas, simbolizando el dolor y el sacrificio de las familias que lo perdieron todo.
Carretas cargadas con enseres, armas antiguas, banderas y vestimentas de época llenaron las calles, convirtiendo el casco urbano en un escenario vivo de la historia. El eco de los pasos, el sonido de las armas y los gritos de batalla recreaban la intensidad de aquellos días en que la ciudad heroica resistió con valentía ante un enemigo implacable.

Cada detalle fue cuidado: desde las expresiones faciales hasta la manera en que se movían los actores, pasando por la música, los efectos sonoros y la ambientación. Fue un trabajo colectivo que unió a la comunidad en un mismo sentimiento: la gratitud hacia quienes lucharon por la libertad.
Entre aplausos y silencios cargados de emoción, la ciudad entera rindió homenaje a sus héroes. Porque en cada paso, en cada gesto y en cada mirada, resonó el eco de un pueblo que no olvida. Piribebuy no solo recordó su historia: la hizo latir nuevamente, con el mismo valor que hace más de 150 años la convirtió en leyenda.

Un homenaje con historia
La Batalla de Piribebuy, librada el 12 de agosto de 1869, fue un sangriento episodio de la Guerra de la Triple Alianza, en el que centenares de paraguayos entre ellos jóvenes y ancianos defendieron con valentía la ciudad ante las fuerzas aliadas. La resistencia heroica y el sacrificio de sus habitantes hizo que Piribebuy sea un símbolo de patriotismo y fortaleza.
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Recordar este hecho no es solo una tradición para sus pobladores: es un acto de identidad. En cada paso del desfile, en cada acorde de las bandas, en cada bandera que flamea, se renueva el compromiso de mantener viva la memoria de quienes dieron todo por la patria.
De esta manera Piribebuy no solo rindió homenaje a su pasado, sino que también reafirmó que la historia late con fuerza en cada uno de sus habitantes.