Familias desalojadas de un asentamiento piden apoyo de las autoridades

YRYBUCUÁ. Un grupo de familias campesinas que fueron desalojadas del asentamiento San Miguel del distrito de Maracaná, departamento de Canindeyú, permanecen acampadas al costado de un camino vecinal en el lado de este municipio del departamento de San Pedro. Piden asistencia de las autoridades para poder lidiar con la difícil situación en que se encuentran, debido a que, en su mayoría, no tienen la posibilidad de trasladarse a otro lugar.

Las familias que fueron desalojadas del asentamiento San Miguel se encuentran en un precario campamento en la cercanía del río Curuguaty´y
Las familias que fueron desalojadas del asentamiento San Miguel se encuentran en un precario campamento, en la cercanía del río Curuguaty’y, en el distrito de Yrybucuá, departamento de San Pedro.Artist-freed

El 3 de junio de este año fueron desalojadas unas 230 familias que formaban parte del asentamiento San Miguel, creado hace 9 años en un terreno de aproximadamente 2.500 hectáreas, ubicado en el distrito de Maracaná, cuya finca estaba en litigio judicial entre los ocupantes y un colono de nombre Guillermo Giménez Abente.

Los ocupantes del inmueble ya tenían sus respectivas viviendas, pozos artesianos, energía eléctrica y hasta una institución escolar, además de una gran cantidad de producción agrícola y de animales de granja, incluido ganado vacuno. De acuerdo con la denuncia realizada por los afectados, no tienen información sobre el paradero de estas pertenencias.

Los afectados de este suceso requieren la asistencia de las autoridades para poder lidiar con la difícil situación en que se encuentran
Los afectados de este suceso requieren la asistencia de las autoridades para poder lidiar con la difícil situación en que se encuentran

Tras el violento desalojo, encabezado por una comitiva policial y judicial, las personas que se encontraban en el terreno cruzaron hacia el lado de la localidad de Yrybucuá, departamento de San Pedro. Se instalaron en la cercanía del río Curuguaty’y, a orillas de un camino vecinal, donde se encuentran acampadas bajo precarios ranchos desde el día en que fueron sacadas a la fuerza.

Hay mucha necesidad

Una de las afectadas es María Ester Mendoza, quien explicó que están con mucha necesidad en el campamento, no solamente en materia de víveres, por lo que urge que las autoridades de las respectivas instituciones puedan asistirles en este momento muy delicado que están soportando. Tras ser desalojadas del asentamiento, donde tenían suficiente producción agrícola, actualmente carecen de todo y ya no tienen de dónde surtirse para poder sobrevivir, refirió.

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Señaló que también hay mucha preocupación por los niños en edad escolar, desde el preescolar hasta el 7º grado, que se vieron obligados a acompañar a sus padres en el improvisado campamento para no perder sus estudios luego de la expulsión del lugar donde estaban desarrollando sus actividades académicas, indicó.

Otro de los desalojados, Alberto Núñez, manifestó que los exocupantes del asentamiento San Miguel ahora, más que nunca, necesitan del apoyo de sus autoridades en este delicado momento en que se encuentran.

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