Mañana lunes 4 de agosto se festeja el Día del Párroco en todo el mundo, en coincidencia con la festividad de San Juan María Vianney, conocido como el Cura de Ars, patrono de los sacerdotes.
El párroco de la Virgen del Rosario de la localidad de Itauguá, presbítero Pedro Brítez, reflexionó sobre la misión del sacerdote y la realidad que vive el país. En este contexto, aseguró que la corrupción genera desconfianza, exclusión y desesperanza.
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“El desafío de toda sociedad y de la Iglesia es fomentar una ciudadanía activa y una cultura de encuentro, para que los reclamos legítimos de la gente sean escuchados y transformados en políticas públicas justas y eficaces”, expresó el religioso.
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Dijo además que el sacerdote debe salir al encuentro de las periferias humanas y espirituales y responder con creatividad pastoral a las necesidades reales: pobreza, adicciones, violencia, falta de trabajo, crisis familiar y otras.
Finalmente, destacó que el párroco debe acompañar, guiar, corregir, consolar y animar al pueblo de Dios, y que su principal tarea es construir una comunidad eucarística viva, misionera, solidaria y comprometida con la transformación del mundo según el Evangelio.