El Programa Abrazo, impulsado por el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA), dejará de transferir recursos económicos a cerca de 800 familias a partir de agosto. Esta medida es como parte de un reordenamiento en la política de “egreso” tras seis años de beneficios ininterrumpidos.
Juan Marcelo Fernández, viceministro de Planificación, Programas y Proyectos, explicó que el recorte no responde a un interés de ahorro fiscal, sino a una necesidad de focalizar los recursos en la protección de niños y niñas en situación de trabajo infantil peligroso.
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“No queremos caer en el asistencialismo. Estas familias ya fueron capacitadas y acompañadas, ahora es momento de dar paso a otras en situación más crítica”, señaló.
El nuevo criterio: límite de 72 cuotas
Con este cambio, el programa adoptará el mismo estándar que Teko Porã, otro plan social del Estado, estableciendo un máximo de 72 cuotas (equivalente a unos seis años) para la transferencia monetaria condicionada.
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Actualmente, Abrazo tiene aproximadamente 3.200 familias beneficiarias del subsidio. El apoyo es de entre G. 250.000 y G. 500.000, según el índice de calidad de vida.
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El recorte afectará a aquellas que ya cumplieron ese ciclo completo. Esto generará un ahorro estimado de G. 250 millones, que será destinado a otras familias en situación urgente de vulnerabilidad.
Las familias que dejarán de percibir el subsidio económico seguirán siendo acompañadas en otros aspectos por el Programa Abrazo, como alimentación, atención directa y servicios sociales, según expresó el viceministro. Además, muchas serán derivadas al programa Teko Porã.