El colegio y escuela El Divino Infante se encuentra en un estado de abandono alarmante, pero uno de los problemas más críticos y sensibles es la clausura total del sanitario destinado al nivel medio. Lejos de ser una falla reciente, el baño está inutilizable desde hace años, sin que el Ministerio de Educación ni la Municipalidad hayan intervenido para su reparación.
La puerta del sanitario está podrida, rota y el interior representa un riesgo sanitario. Por esta razón, los estudiantes del colegio deben utilizar el baño que corresponde a los alumnos de la escuela, es decir, a niños de entre 6 y 12 años.
Esta situación genera hacinamiento, incomodidad y sobre todo preocupación por la seguridad, privacidad e higiene.
“Es inaceptable que nuestros hijos compartan un mismo baño con chicos mucho más grandes. Hay momentos del recreo donde se cruzan todos, y no hay personal suficiente para cuidar que se respete la convivencia. Esto pone en riesgo a los más pequeños”, expresó Rocío Grippo, una representante de padres.
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La comunidad educativa denuncia que este problema lleva años sin solución. La clausura del sanitario no solo afecta la higiene y comodidad diaria, sino que atenta contra la dignidad y el desarrollo de los estudiantes.
Además, la falta de sanitarios funcionales impacta directamente en la salud de los estudiantes. Muchos niños prefieren no ir al baño durante horas, lo que puede derivar en infecciones urinarias, problemas digestivos y otras consecuencias médicas evitables.

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Silencio institucional ante un problema urgente
Ni el Ministerio de Educación y Ciencias ni la Municipalidad de Ypacaraí han dado respuestas concretas, pese a los múltiples reclamos realizados por padres, docentes y vecinos. La comunidad educativa se encuentra en estado de hartazgo y exige soluciones inmediatas. “Ya no queremos promesas. Necesitamos baños funcionales, seguros y separados para los distintos niveles. ¿Es mucho pedir?”, reclamó Rocio Grippo.
La educación en condiciones indignas
La clausura del baño del colegio es solo un síntoma más de un sistema educativo que se viene desmoronando, especialmente en las instituciones públicas del interior del país. Mientras las autoridades se deslindan, las familias deben convivir con la precariedad como norma.
Lo que ocurre en El Divino Infante de Ypacaraí no es una excepción: es el reflejo de una política educativa que no escucha a sus comunidades. En este caso, los más vulnerables son los niños y adolescentes que pagan el precio del abandono con su salud, su bienestar y su dignidad.
Para consultar sobre el inconveniente llamamos a la Dirección del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) pero no recibimos retorno. También tratamos de contactar con el intendente Fernando Negrete (PLRA), pero no atendió las llamadas. Estamos abiertos si desean referirse al caso.
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