Desde hace 20 años, Mirca Esquivel y Miguel Brítez mantienen viva esta tradición con amor y compromiso. “Cada año es como revivir un milagro, la gente viene con tanta fe, a veces desde muy lejos”, expresó Mirca emocionada.
José Brítez, hijo de doña Mirca, expresó su orgullo hacia sus padres por impulsar esta iniciativa de la festividad. Agradeció a los devotos que se sumaron con sus donaciones y colaboración.
Señaló que ya recibieron a más de 5.000 personas durante la celebración, destacando que incluso llegaron fieles desde Uruguay y Argentina.
La misa central fue presidida por el cura párroco Felipe Martínez a las 12:00, y estuvo marcada por cánticos, oraciones y la alegría característica de los niños, protagonistas de la jornada.


Tras la ceremonia religiosa, el aroma del Karu guasu se adueñó del lugar: se sirvieron guiso de arroz de carne y pollo, arroz carretero, guiso de arroz de cerdo, tallarín de carne, hamburguesa, pancho, preparados con esmero por los devotos.
Los más pequeños también recibieron su momento especial después del almuerzo, al disfrutar de chocolatada y golosinas, coronando una jornada que combinó la espiritualidad con la calidez de la comunidad.


Una devoción que trasciende generaciones
La devoción al Divino Niño Jesús tiene raíces muy antiguas. Según escritos históricos, surgió en el Monte Carmelo, en Israel, donde Jesús, siendo niño, solía orar junto a sus padres, San José y la Virgen María, y sus abuelos, San Joaquín y Santa Ana. Aquellos primeros devotos continuaron la tradición incluso después de la ascensión de Cristo, y fue la Orden de los Carmelitas la que se encargó de expandirla al mundo.
Hoy, esa fe vive con fuerza en lugares como Monte Alto, donde cada año abuelos, padres, nietos y bisnietos se reúnen para agradecer, pedir bendiciones y compartir en comunidad.
La festividad del Divino Niño Jesús es más que un evento religioso: es un reencuentro con la esperanza, con la ternura de la infancia de Jesús y con la alegría de compartir entre hermanos. Monte Alto lo vivió intensamente, y ya se espera con ilusión la próxima edición de esta hermosa tradición.

