Los Guaicurúes de Emboscada llegaron por primera vez a Cabañas para honrar a Santa Librada

Caacupé, Cordillera. La tranquila comunidad de Cabañas se llenó de color, ritmo y tradición este fin de semana con la visita inédita de los Guaicurúes de Minas, Emboscada, quienes participaron por primera vez de la festividad en honor a Santa Librada, una celebración muy arraigada entre los pobladores de la zona.

La llegada de los Guaicurúes fue recibida con mucha expectativa. Provenientes de Emboscada, una ciudad conocida por preservar con orgullo esta expresión cultural centenaria, los danzantes llegaron en grupo, con sus llamativos atuendos: trajes bordados, plumas de gallinas, sombreros adornados y máscaras talladas que imponen respeto y despiertan curiosidad.

El recorrido inició frente al oratorio Pura Limpia Concepción, desde donde los Guaicurúes comenzaron su danza-procesión. Con cada paso al ritmo del tambor, avanzaban acompañados por vecinos y fieles que se sumaban con devoción y entusiasmo. Hicieron una pausa significativa frente a la casa de Mbatí Agüero, donde compartieron un momento especial con los presentes, como gesto de respeto hacia una de las familias históricas de la comunidad. Desde allí continuaron hasta la casa donde se encuentra la imagen de Santa Librada, corazón de la festividad.

Los Guaicurúes visitaron por primera vez la comunidad de Cabañas.
Los Guaicurúes visitaron por primera vez la comunidad de Cabañas.

Ambiente de fiesta

Desde tempranas horas de este domingo hasta la noche, el ambiente fue de fiesta, pero también de mucha emoción. Las danzas, llenas de energía y simbolismo, transmitieron no solo alegría, sino también un profundo sentido de espiritualidad.

Los niños observaron asombrados las máscaras, y estuvieron encantados con el despliegue artístico que se ofreció. Los adultos, por su parte, valoraron el gesto de los Guaicurúes, que viajaron desde otra ciudad para rendir homenaje a una santa muy querida por la comunidad.

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La jornada terminó con un delicioso tallarín y una merienda comunitaria en la que los niños disfrutaron de una gran chocolatada con galletitas y golosinas.

En el momento especial no faltaron las risas compartidas entre vecinos y visitantes. Se vivió un verdadero cruce de culturas populares, que dejó una huella imborrable en los corazones de los cabañenses.

Esta visita no solo marcó un hecho histórico para Cabañas, sino que también recordó la importancia de mantener vivas las tradiciones que hablan de identidad, fe y comunidad. Los Guaicurúes, con su paso firme y danzante, dejaron una estampa inolvidable y un mensaje claro: la cultura popular se fortalece cuando se comparte.

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