Microtráfico se expande en San Pedro y afecta principalmente a jóvenes

SAN PEDRO. El microtráfico de drogas prolifera en varias ciudades del segundo departamento, con un impacto alarmante en los jóvenes, quienes en su mayoría son consumidores y, en muchos casos, también se convierten en vendedores para sostener el consumo. Además, se multiplican los robos bagatelarios vinculados a la necesidad de adquirir sustancias prohibidas.

En un operativo, una comitiva fiscal-policial allanó una vivienda en el centro de San Pedro de Ycuamandyyú, donde se incautó supuesta marihuana fraccionada para la venta
En un operativo, una comitiva fiscal-policial, allanó una vivienda en el centro de San Pedro de Ycuamandyyú, donde se incautó supuesta marihuana fraccionada para la ventaOmar Acosta, Abc Color

Uno de los focos de preocupación es la Penitenciaría Regional de San Pedro, que está bajo sospecha como posible centro de distribución de drogas, lo cual indicaría complicidad interna para el ingreso y salida de estupefacientes. “Manejamos datos que podrían relacionar a internos con la distribución. Estamos trabajando para confirmar o descartar eso”, indicó el jefe antinarcóticos, Carlos Vargas.

En un operativo, una comitiva fiscal-policial allanó una vivienda en el centro de San Pedro de Ycuamandyyú, donde se incautó supuesta marihuana fraccionada para la venta. Aunque el propietario no se encontraba en el lugar, fue plenamente identificado, “estamos luchando contra focos de venta, muchos consumidores también venden para mantenerse, y eso aumenta el problema, estimamos que cada dosis se vende a G. 20.000”, sostuvo Vargas.

El fiscal Jorge Encina, interviniente en el allanamiento, explicó: “es preocupante la expansión del microtráfico; se convirtió en una especie de pandemia. Hay causas abiertas, personas condenadas y otras con órdenes de captura, pero se cuidan mucho, los verdaderos distribuidores usan terceros para vender”.

La situación genera inquietud en las comunidades, ya que la droga se infiltra incluso en barrios pequeños y rurales, y el impacto social es devastador: jóvenes con adicciones, violencia, y delitos menores como método para financiar el consumo.

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