Vecinos de la zona conocida como Tablada de la ciudad de Asunción, representados por el abogado Ricardo Merlo, se presentaron hoy en la Municipalidad de la capital para reunirse con el interventor Carlos Pereira con el fin de solicitar medidas para que se cumpla el retiro de los frigoríficos y otras industrias relacionadas que permanecen en la zona y cuyo traslado fue ordenado por medio de una resolución municipal a finales del año pasado.
Los vecinos de Tablada llevan mucho tiempo en conflicto con los frigoríficos y otras empresas procesadoras de productos ganaderos instaladas en la zona debido a la contaminación y los olores fétidos que sus actividades producen, y exigen su traslado.
El abogado Merlo explicó que la zona de Tablada cambió y dejó de ser una zona industrial para pasar a ser una residencial.
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Recordó que, teniendo en cuenta esa nueva realidad, en noviembre de 2024 la Municipalidad de Asunción emitió una resolución dando a los frigoríficos un plazo de tres años para retirarse de esa área, emplazándolas a presentar un plan de traslado en enero de este año.
Sin embargo, Merlo indicó que muchas empresas aún no presentaron sus planes de traslado y que algunos de los frigoríficos ya cerrados en la zona están siendo “alquilados para rehabilitarse” a pesar de que una ordenanza lo prohíbe.
“Venimos a reunirnos con el interventor, confiamos en él porque entendemos que entra (a la Municipalidad) sin ningún compromiso”, dijo el abogado.
“La gente quiere recuperar su calidad de vida”
Dijo que solicitarán al interventor la apertura de sumarios a las empresas que todavía no presentaron sus planes de traslado y que se apliquen las multas correspondientes, y que la Municipalidad esboce un plan para asegurar el cumplimiento de lo dispuesto.
“La gente quiere recuperar su calidad de vida”, enfatizó.
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Merlo comentó que en la zona de Tablada permanecen “dos o tres” grandes frigoríficos – que ya no tienen permitido faenar – y una curtiembre, además de “una veintena de empresas pequeñas” que se dedican a actividades derivadas de la labor de los mataderos como triturar huesos o cocinar “chura”, que también producen contaminación y malos olores.
Al entregar sus materias primas a esas pequeñas empresas, los grandes frigoríficos evidencian su desinterés en “establecer un relacionamiento como buenos vecinos con la comunidad”, opinó el abogado.
Alfredo Moreno, presidente de la comisión vecinal del barrio Virgen de Fátima, cuestionó la “falta de respeto al medio ambiente” de parte de las empresas frigoríficas y comentó que se registraron inconvenientes como la acumulación de grasa en los desagües pluviales de la zona.