El intendente de Emboscada, Silvio Peña (PLRA), responsabilizó a las disputas electorales de la actual crisis institucional. Según indicó, desde que se produjo el cambio de dirección en el Centro de Salud, donde una profesional vinculada al Partido Colorado asumió la conducción, se interrumpió la colaboración entre la comuna y el servicio.
Antes estaba el Dr. Fernando Román, pero fue reemplazado por la Dra. Sara Fariña Aguilera.
Aguilera está a cargo del Centro de Salud desde el mes de mayo.
“Yo invertí dos mil millones de guaraníes, gestioné un pabellón nuevo con la Embajada del Japón, tengo fotos, archivo pero ahora la nueva directora no quiere ni que me acerque. No me voy a prestar al juego de ellos”, afirmó el jefe comunal.
El gobernador y la campaña silenciosa
En paralelo, el gobernador de Cordillera, Denis Lichi (ANR), destinó G. 480 millones para refaccionar parte del centro asistencial, en medio de cuestionamientos por su falta de transparencia. La obra, que ciertamente era necesaria, se realizó sin brindar detalles oficiales a la ciudadanía ni permitir el acceso a datos sobre el alcance y destino de los recursos.
Al intentar consultar al propio gobernador, no se encontraba en su despacho, y la Gobernación se mantiene hermética al respecto.
También llamamos a Denis Lichi a su celular con terminación 331, pero no obtuvimos retorno. Estamos abiertos si desea referirse al caso.
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Consejo local, en el abandono
Por su parte, el licenciado Ariel Benítez, del área de radiología, confirmó que el Consejo Local de Salud de Emboscada no está activando actualmente y que la intendencia ni siquiera ha presentado documentación formal que justifique la conformación o funcionamiento del consejo.
“Estamos gestionando para que el Consejo Departamental pueda intervenir y evitar la pérdida de esos recursos, porque la institución los necesita”, señaló. Recordó que a través de ese organismo se acceden a fondos indispensables para cubrir gastos y reparaciones menores que no pueden resolverse por otras vías.
Una salud pública rehén de disputas
Mientras las autoridades se disputan protagonismo y usan los espacios sanitarios como piezas electorales, la población queda relegada.
La salud pública en Emboscada como en ciudades aledañas enfrenta falta de médicos, carencias de insumos, ambulancias en mal estado y estructuras deterioradas.
Se prevé un arreglo general del local sanitario, aunque aún sin detalles precisos de fechas ni responsables confirmados.
Este conflicto evidencia cómo los servicios de salud terminan siendo rehén de intereses políticos y personales, con consecuencias directas sobre los ciudadanos, quienes lejos de recibir respuestas reales coordinadas y responsables deben conformarse con promesas dispersas y obras ejecutadas bajo cálculo electoral.
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