Mientras en la calle, miembros del Sindicato Nacional de Médicos (Sinamed), protestaban por mejores condiciones laborales y denunciando las carencias del sistema público de salud, Santiago Peña se ufanaba ayer, en su informe de gestión, de avances en el área.
“Compatriotas, aquí necesito hacer un mea culpa. En materia de salud hemos tenido desafíos y también desilusiones. Yo les prometo que esta es una deuda que me he propuesto saldar”, dijo primero. Pero acto seguido anunciaba: “Fortalecimos la red de terapias intensivas con 240 monitores y 120 camas eléctricas”.
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Lejos de esta realidad, este año Peña y la ministra de Salud, María Teresa Barán inauguraron para la foto una UTI neonatal en Villarrica, pero la sala fue desarmada después y un recién nacido falleció por eso. En Alto Paraná, un niño de 8 años pereció por falta de otra UTI en un servicio público de la zona.

Además, en el Hospital General de Barrio Obrero, Asunción, las obras en la zona de sala de partos y UTIs llevan más de 9 meses de atraso y en el Hospital Nacional de Itauguá, al cual nuevamente el presidente prometió mejoras, la UTI neonatal lleva cerrada desde que él asumió, en agosto de 2023.
Pese a “mea culpa”, Barán sigue siendo ministra de Salud
Peña habló también del fortalecimiento del Instituto Nacional del Cáncer (Incan) y la adquisición de mamógrafos, pero la población denuncia que no puede acceder a esos estudios y además la queja recurrente es por la falta de medicamentos para tratar enfermedades catastróficas.
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Igualmente, el presidente habló de una inversión de US$ 500 millones en renovación de infraestructura hospitalaria, pero hay quejas por la pésima infraestructura de importantes centros médicos ya existentes, como el Hospital de Trauma.

La falta de médicos especialistas, medicamentos y estudios es una queja cotidiana. El Círculo Paraguayo de Médicos pidió la destitución de María Teresa Barán que, con todo, continúa siendo ministra de Salud.
Hambre Cero y pupitres chinos
Como avance en el área social, Peña citó a Hambre Cero, proyecto mediante el cual se alimentan un millón de niños, dijo, y destacó que para el plan se contrataron cocineras.
Pero la Contraloría General de la República detectó numerosas irregularidades, como la falta de provisión de insumos, que dejó a cientos de estudiantes sin comida en humildes escuelas del interior del país, como ocurrió en una institución de una comunidad educativa del Chaco, donde se les sirvió, a falta de otra cosa, porotos con gorgojos, hervidos sin nada más.
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Además, se detectaron irregularidades en los contratos y descuentos indebidos a las cocineras por parte de las empresas proveedoras. Siguen excluidos 195.000 estudiantes del nivel medio, ya que el plan llega solo hasta el noveno grado.

Peña destacó también en educación, que compraron, con fondos de Itaipú, “más de 328.000 pupitres nuevos y dignos, con una inversión de 32 millones de dólares”. Afirmó que hasta el lunes, más de 240.000 unidades se entregaron. Pero no mencionó que los pupitres son importados de China, dejando de lado la industria nacional, y que se favoreció en la compra a la empresa de un amigo del vicepresidente Pedro Alliana. Además, habrían indicios de sobrefacturación.
Transformación educativa exige espacios dignos, pero alumnos no tienen aulas
En infraestructura anunció construcción de escuelas modelos e inversiones en centros regionales de educación. “La transformación educativa exige espacios dignos”, aseveró, pero esta semana hay niños estudiando a la intemperie por falta de aulas, sufriendo temperaturas por debajo de los 10°C, por ejemplo, en las escuelas Nueva Asunción, en Villa Hayes, y República del Paraguay, en San Pedro.
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Un punto aparte, pero no menos importante, es que en una hora de informe de gestión ante el Congreso, Santiago Peña no citó ni una sola vez a las comunidades indígenas que componen el territorio nacional.