Vendedoras de plantas medicinales tradicionales de la Feria de la avenida Japón, en la ciudad de Encarnación, refieren un aumento significativo en la venta de ingredientes para remedios caseros destinados a prevenir y mejorar los cuadros respiratorios. Entre los principales y más solicitados citaron al urusu he’ê (Rhinchosia hagenbecki Harms), borraja (Borago officinalis), ambay (Cecropia pachystachya), tembetary hû (Zanthoxylum chiloperona), achicoria (Cichorium intybus), kumanda yvyra’i (Cajanus cajan), pariparoba (Piper umbellatum), eucalipto (Eucalyptus cinerea), miel de abeja, entre otros.
Las trabajadoras refieren que el conocimiento ancestral de las propiedades de las plantas les fue transferido por sus antecesores, algunos considerados médicos ñana (médicos naturalistas). Otras mencionan enseñanzas que provienen de mucho antes, relacionadas con las creencias de los pueblos originarios de la región.
El aumento en la venta de plantas medicinales coincide con las fechas en que bajan las temperaturas y hay mayor presencia de cuadros respiratorios. Las trabajadoras recomiendan que se busque prevenir las enfermedades, pero también que, en caso de presentar síntomas, no se dude en acudir al servicio de salud más cercano.
En el sur del país se encuentra muy arraigada la tradición del consumo de estas plantas: durante el verano los pohã ro’ysã (remedios refrescantes), mientras que en invierno se emplean otras alternativas para aliviar y prevenir los síntomas del resfrío.
Lea más: Habilitan pabellón respiratorio en HRE ante aumento de casos respiratorios
Tradición de consumo
En Paraguay, el consumo de plantas medicinales, conocido como pohã ñana, es una tradición arraigada y ancestral, transmitida de generación en generación, especialmente entre la población indígena guaraní. Esta práctica no solo se limita a la medicina alternativa, sino que también forma parte de la cultura y la identidad paraguayas, integrándose en rituales, costumbres sociales y la vida cotidiana.
El uso de plantas medicinales en Paraguay es tan profundo que ha sido reconocido por la Unesco como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Esta práctica no solo contribuye a la salud, sino que también fortalece la identidad cultural y las relaciones sociales dentro de la comunidad.
Las plantas medicinales se seleccionan y preparan de acuerdo con la dolencia a tratar, ya sea en forma de infusiones calientes (pohã aku) o maceraciones en agua fría (pohã ro’ysã) para el tereré.