Lejos de ser un problema reciente, esta situación se arrastra desde hace décadas, con promesas políticas que se renuevan en cada campaña electoral y se diluyen con la misma rapidez cuando terminan los actos proselitistas.
“Las autoridades solo vienen a pedir votos, después desaparecen y nos dejan a la buena de Dios. No tenemos como llegar de forma segura hasta el centro de Atyrá, no hay transporte público que ingrese hasta nuestra comunidad. Y cada vez que ocurre alguna desgracia ni la ambulancia, ni la patrullera pueden entrar por el mal estado del camino”, lamentó Don Antonio Ferreira, poblador de la zona.
Un camino de barro, penurias y olvido
La falta de mantenimiento de este tramo vial no solo representa una incomodidad; significa una grave amenaza para la salud, la educación y la seguridad de las familias. Cada vez que llueve, el camino se convierte en un lodazal intransitable, impidiendo que niños lleguen a sus escuelas, productores saquen sus cosechas o enfermos puedan ser trasladados a centros asistenciales.
“Ya tuvimos casos donde ambulancias quedaron atrapadas en el barro y se tuvo que cargar al enfermo en carretilla hasta donde pudo entrar una camioneta”, relató don Silvio Villalba.
Las imágenes de caminos anegados, vehículos varados y pobladores caminando con barro hasta las rodillas se repiten año tras año, sin que las autoridades den respuestas concretas.
Promesas eternas y soluciones inexistentes
Los pobladores aseguran que en más de una ocasión elevaron notas formales al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Sin embargo, lo único que recibieron fueron promesas vacías.
La desidia estatal no solo atenta contra la calidad de vida de estas familias, sino que también limita el desarrollo económico de toda la comunidad. La imposibilidad de sacar productos agrícolas para su comercialización genera pérdidas y desalienta a los pequeños productores, que terminan abandonando sus tierras o migrando a otras ciudades en busca de mejores condiciones.
¿Dónde está la responsabilidad social y política?
Resulta inconcebible que en pleno 2025 existan aún comunidades completamente aisladas cuando llueve, en un país donde se invierten millones en obras de dudosa prioridad o en gastos superfluos.
La falta de caminos de todo tiempo en zonas rurales refleja no solo una ineficiencia institucional, sino también una profunda desigualdad territorial que condena a miles de familias al olvido.


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Un llamado urgente a la empatía y a la acción
Los pobladores de Bernardino Caballero no piden lujos, solo un camino digno, seguro y transitable. Exigen que, de una vez por todas, las autoridades municipales, departamentales y nacionales dejen de mirar para otro lado y atiendan las necesidades de las comunidades rurales, que forman parte esencial del país y merecen vivir con dignidad.
Versión del intendente
El intendente de Atyrá, Juan Ramón Martínez (ANR), explicó que vienen gestionando el mantenimiento constante de los camiones vecinales.
Aclaró que si se brinda asistencia a la comunidad solo que muchas veces el clima dificulta bastante que se puedan desarrollar los trabajos.
“Hace una semana estuvimos por Bernardino Caballero, luego vino de nuevo la lluvia, lo que obliga a volver a hacer lo mismo. Apenas dispongamos de los medios y de las condiciones climáticas retomaremos con los trabajos vecinales”, resaltó el jefe comunal.
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