Día del Padre: el legado silencioso de Hilario Ramón Armoa, un papá agricultor

En las primeras horas del amanecer, cuando la mayoría aún duerme, don Hilario Ramón Armoa ya está en pie, con la azada al hombro y la esperanza intacta. A sus 73 años, este incansable agricultor sigue trabajando sus parcelas con la misma entrega de siempre. Como tantos padres que viven de la tierra, enfrenta cada jornada con determinación, sembrando no solo el suelo, sino también el futuro de su familia y los valores que desea perpetuar.

Don Hilario Ramón Armoa, agricultora de la compañía Caroveni de Villarrica.
Don Hilario Ramón Armoa, agricultora de la compañía Caroveni de Villarrica.

Don Hilario, de la compañía Caroveni de Villarrica, es padre de ocho hijos, muchos de los cuales hoy son profesionales en distintos ámbitos. Él los ayudó a estudiar con el fruto de su sacrificio cotidiano. Nunca necesitó grandes discursos; pues su vida fue el mejor ejemplo.

“Mi papá nos enseñó a valorar el trabajo, a ser honestos y a dar al que necesita, sin mirar lo que uno tiene”, suelen decir sus hijos con orgullo. Y es que en cada surco que abrió, en cada jornada bajo el sol o la lluvia, se escondía una lección de vida.

Ser padre, en su caso, es mucho más que proveer. Es enseñar con el ejemplo, mostrar que el esfuerzo digno es la mayor herencia que se puede dejar. Cada tarde, después del trabajo, don Hilario regresaba con las manos curtidas y la ropa manchada de tierra, pero con la dignidad de quien ha cumplido con su deber. En torno a la mesa familiar, sus palabras sencillas eran cátedras de humanidad y humildad.

La resiliencia de este hombre se demuestra en cada cosecha perdida, en cada adversidad superada, en cada decisión tomada siempre pensando en el bienestar de los suyos. No hubo cansancio que lo venciera, porque su mirada estaba puesta en el porvenir de sus hijos, en verlos crecer con principios sólidos y con el corazón dispuesto a servir a los demás.

Don Hilario representa a miles de hombres que, sin aplausos ni reconocimientos públicos, sostienen con su esfuerzo silencioso la economía del país y el bienestar de sus hogares.

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