Una noche de gloria y emoción se vivió este jueves en el corazón de Asunción. La calle Palma, frente al emblemático Panteón de los Héroes, volvió a latir al ritmo de los festejos patrios, esta vez gracias al triunfo de la selección paraguaya por 2-0 ante Uruguay, por las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026.
Como en los tiempos más felices del fútbol guaraní, los hinchas albirrojos se volcaron masivamente a las calles, desbordados de alegría, esperanza y orgullo. En cada bandera flameando al viento, en cada bocinazo que retumbaba entre los edificios históricos del microcentro, se sentía el renacer de un sueño que por años pareció lejano.
Con esta resonante victoria, Paraguay se posiciona en el tercer lugar de la tabla clasificatoria, sumando 24 puntos y acercándose a paso firme a la anhelada cita mundialista, tras una larga ausencia que dolió en el alma de la afición.
Vestidos con la gloriosa casaca albirroja, ondeando banderas y cantando al unísono canciones que nacen desde la pasión por la selección, los hinchas transformaron el centro capitalino en una verdadera fiesta popular. “¡Paraguay, Paraguay!”, coreaban a viva voz, mientras los vehículos acompañaban la celebración con bocinazos y caravanas.
El nuevo aire que respira la selección desde la llegada del técnico argentino Gustavo Alfaro, es evidente. Invicto al mando del combinado nacional, Alfaro ha devuelto la identidad, la garra y sobre todo la fe en una clasificación que hoy parece más cercana que nunca. Bajo su liderazgo, el equipo ha mostrado solidez, entrega y un juego que volvió a conectar con el pueblo.
“Esta selección nos hace soñar de nuevo”, dijo entre emocionado un joven hincha, envuelto a la bandera tricolor. Las emociones estaban a flor de piel, en un festejo que unió generaciones enteras, todas alentando con el corazón a la Albirroja.
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El próximo desafío Brasil
El próximo desafío será de alto voltaje: Paraguay visitará a Brasil en territorio verdeamarelo el martes 10 de junio. Pero hoy, más que nunca, los paraguayos creen. La ilusión está intacta. Y el grito de “¡Vamos, Albirroja!” resuena fuerte, como el eco de un país que vuelve a latir al ritmo del fútbol.