La ruta que conecta los departamentos de Guairá y Caazapá, específicamente entre las ciudades de Iturbe y Maciel, se ha convertido en una trampa mortal. El pavimento ha sido erosionado por el paso de vehículos pesados, la falta de mantenimiento y las lluvias, dejando enormes baches a lo largo del camino.
Los tramos más críticos se encuentran en zonas de curvas y pendientes, donde la visibilidad es reducida y el riesgo de accidentes se incrementa. Automovilistas y motociclistas se ven obligados a maniobrar bruscamente para evitar los agujeros, lo que ha ocasionado ya varios siniestros menores, según relatan vecinos de la zona.

La ruta, que debería ser una vía estratégica para el transporte entre ambos departamentos, es hoy símbolo de abandono. Transportistas, trabajadores rurales y estudiantes que la utilizan a diario afirman que la situación es una constante y que prácticamente cada dos meses se puede ver cómo avanza el deterioro o van apareciendo nuevos baches.
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Un conductor mencionó que se debe salir con mucha anticipación de su casa para llegar a hora a dónde debe concurrir, porque debe ir esquivando los cráteres. Además, hay partes donde ni siquiera se encuentra una manera segura de maniobrar y es inevitable pasar por los baches.
Esto, a su vez, destruye gradualmente los vehículos, mientras que directamente pone en riesgo de una caída a los motociclistas que utilizan el tramo.

Según testimonios recogidos en ambos distritos, el deterioro se ha acelerado en los últimos meses, debido a las intensas lluvias y el constante paso de vehículos pesados, sin que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) haya intervenido con trabajos de reparación.
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En ciertos sectores, la capa asfáltica ha desaparecido casi por completo, y el tránsito debe hacerse por la banquina o en zigzag para evitar quedar atrapado en los pozos. En días de lluvia la situación se agrava, puesto que los baches se llenan de agua y no se pueden prevenir.
Vecinos de las comunidades cercanas que prefirieron no dar sus nombres, aseguran haber elevado numerosas quejas a las autoridades locales y departamentales. También remitieron notas al MOPC, sin recibir respuesta concreta hasta la fecha.

La falta de señalización y mantenimiento básico, como limpieza de cunetas o relleno de baches, empeora la situación de peligro. Incluso motociclistas han sufrido caídas debido a que los cráteres están cubiertos de agua o barro y son difíciles de ver, insisten los vecinos.
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Los usuarios piden la urgente intervención de las autoridades municipales para el bacheo y refacción de las zonas más críticas, pero al tratarse de una ruta, la responsabilidad recae sobre el MOPC.