La actividad formó parte de las celebraciones del Jubileo de la Esperanza 2025, año santo, y por el 85 aniversario de la congregación en nuestro país.
En ese marco, las comunidades educativas y pastorales que comparten el carisma de San Luis Guanella tuvieron su encuentro en Caacupé para rendir homenaje a la Virgen y reafirmar su compromiso con los más necesitados.
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Una fe que camina y se multiplica
La peregrinación comenzó a las 8:30 de la mañana desde Tupãsy Ykuá, con cantos, oraciones y consignas de esperanza. Los jóvenes, acompañados de sus docentes, padres, catequistas y sacerdotes, caminaron 2 kilómetros portando estandartes de sus colegios y parroquias, en un ambiente de alegría y recogimiento. A medida que avanzaban hacia la basílica, se podían escuchar las expresiones de fe y las peticiones que cada uno traía en su corazón.


A las 9:00 se celebró la misa central en el santuario, que fue oficiada por el presbítero Sergio Rojas, representante provincial de los Guanellianos en Paraguay. Concelebraron la eucaristía otros sacerdotes de la congregación, entre ellos el presbítero Siro Atanasio, quien también acompaña las obras guanellianas en el país.
En su homilía, el padre Rojas destacó la importancia de vivir una fe activa, solidaria y compasiva, siguiendo el ejemplo de San Luis Guanella, quien dedicó su vida al servicio de los pobres, los niños abandonados, las personas con capacidades diferentes y los ancianos desamparados.
“Si nosotros pensamos en la experiencia que don Guanella tenía en el servicio a los más necesitados desde sus primeros años de sacerdocio, veremos cómo su fe en Dios Padre Providente lo llevó a fundar hogares y escuelas para los que no tenían nada”, expresó.

Un año cargado de aniversarios
La celebración de este año cobra un sentido especial para la comunidad guanelliana, ya que se cumplen 85 años de presencia en Paraguay y 100 años de misión en América Latina.
“En 1925 llegaron los primeros sacerdotes guanellianos a Argentina y en 1940 a nuestro país. Hoy seguimos con esa misma fe y entrega, trabajando con niños, ancianos y personas vulnerables en distintas localidades”, mencionó el padre Sergio Rojas.
Actualmente, los Guanellianos están presentes en Asunción, con la parroquia San Miguel en el barrio Ciudad Nueva y la parroquia La Piedad en Trinidad, además del hogar de ancianos; en Areguá, con el colegio San Luis Guanella; y en Caaguazú, donde gestionan una escuela especial y la parroquia San Francisco.
El carisma de los guanellianos se basa en el reconocimiento de Dios como Padre misericordioso y providente, y en consecuencia, en la atención y acompañamiento a quienes más lo necesitan. “La caridad no tiene fronteras. Así lo decía San Luis Guanella cuando afirmaba que todo el mundo es patria vuestra. Es decir, donde haya una necesidad, ahí debe estar un corazón dispuesto a servir”, recordó el sacerdote.
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Un legado que se renueva
Durante la misa, se compartieron oraciones especiales por las familias, por los enfermos, los niños, y por los jóvenes, quienes son el motor de la Iglesia y los encargados de continuar este legado de amor y servicio.
Al finalizar la ceremonia, los peregrinos participaron de un momento de reflexión en la explanada del santuario, donde se hizo entrega de recordatorios jubilares y se animó a seguir caminando en la fe.
La jornada cerró con una visita a la imagen de la Virgen de los Milagros de Caacupé, a quien cada comunidad presentó sus intenciones particulares y agradeció por los favores recibidos.

De esta manera, la familia guanelliana reafirma su compromiso de ser instrumento de esperanza y consuelo para los más débiles, manteniendo vivo el espíritu solidario y misionero que San Luis Guanella soñó hace más de un siglo.