Frío, humedad y crecida, golpean a familias de la escuela indígena Cerro Poty

Unos 300 niños que asisten a la escuela indígena Cerro Poty sufren por el frío intenso que azota en estos días al país, especialmente en las primeras horas de la mañana. La líder de la comunidad indicó que dan flexibilidad en el horario de entrada, pero también comentó que muchos deciden no asistir.

Varias viviendas se encuentran en los alrededores de la escuela Cerro Poty, ubicada en la zona del Cerro Lambaré.
Varias viviendas se encuentran en los alrededores de la escuela Cerro Poty, ubicada en la zona del Cerro Lambaré.

Miles de escuelas en todo el país, que se encuentran en estado de abandono y con déficit de infraestructura, sufren las consecuencias del intenso frío que se hace presente en las primeras horas de la mañana.

Una de ellas es la escuela Indígena Cerro Poty, ubicada en las inmediaciones del Cerro Lambaré, la cual también comienza a verse afectada por la crecida del río Paraguay.

La profesora y líder de la comunidad, doña Petrona Ruiz Díaz, comentó que en estos días están siendo flexibles con el tema del horario de ingreso a la institución. “Hay flexibilidad en el horario porque se vino un tiempo de muchísimo frío, lo que hace que sea complicado para los chicos venir muy temprano a la escuela”.

“Además, hay preocupación por los casos de gripe que hay y por la humedad que hay en la escuela, lo cual complica más la situación de los chicos. Algunos vienen, pero otro deciden no hacerlo para evitar contaminar a los demás. Entonces deciden quedarse nomás en sus casas”, agregó doña Petrona.

Ante la consulta de como se manejan ante un posible caso de inundación por la crecida del río Paraguay, comentó: “Nos preocupa un poco esa situación, porque las casas que están al rededor, así como la escuelita quedan abandonadas. No nos vamos lejos, pero se les hace más complicado a los chicos asistir porque algunos se instalan en zonas más alejadas”.

Los alumnos sufren el intenso frío de las mañanas y la humedad que se encuentra en las instalaciones.
Los alumnos sufren el intenso frío de las mañanas y la humedad que se encuentra en las instalaciones.

La líder de la comunidad contó que hay 35 familias que viven en la zona de la escuelita, donde asisten unos 300 alumnos. “En tiempos de crecida, subimos unas cuadras hasta acercarse al Cerro Lambaré. Ahí se instalan las casas y también las aulas improvisadas”, comentó.

Sobre lo que más está necesitando la comunidad en estos momentos, apuntó: “Abrigos, zapatos especialmente para los chicos, porque muchos de ellos vienen en zapatillas a la escuela. También podrían ser frazadas”.

Por otra parte, solicitan al INDI un mejoramiento de las viviendas que se encuentran en las inmediaciones de la escuelita.

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