La falta de iluminación adecuada en las aulas dificulta la realización de las actividades escolares y limita las horas efectivas de estudio, mientras que los baños se encuentran en condiciones deplorables, sin el mantenimiento necesario para garantizar la higiene y la salud de los estudiantes.
Además, el parque del jardín carece de un cerco protector, exponiendo a los más pequeños a riesgos innecesarios durante su tiempo de recreación.
Sumado a esto, la ausencia de agua potable y la falta de ventiladores agravan las condiciones, sobre todo en épocas de altas temperaturas y lluvias constantes, cuando las goteras en los techos también interrumpen las clases y generan incomodidad.
Frente a esta realidad, es evidente el olvido y la desatención del Ministerio de Educación, que parece haber dejado de lado la educación y el bienestar de estos niños y jóvenes.


Jóvenes de “Levanta Escuela” fueron a ayudar
Conscientes de la grave situación, un grupo de jóvenes pertenecientes al movimiento “Levanta Escuela” decidió actuar por cuenta propia, pintando las paredes y tapando agujeros para mejorar mínimamente las condiciones del establecimiento.
Esta iniciativa es valiosa, y expone la ineptitud de las autoridades para solucionar los problemas estructurales y garantizar un ambiente seguro y digno para el aprendizaje.
Ante esto, la comunidad educativa de Cassia clama por una respuesta urgente de los encargados. “Nuestros niños merecen un espacio seguro, con condiciones básicas para aprender y crecer. Es indignante que el Ministerio olvide su responsabilidad y permita que esta situación continúe”, expresó un docente preocupado que prefirió mantener su nombre en anonimato por miedo a represalias.
Añadió que hay muchos problemas que se deben resolver, pero que muchos profesores no quieren hablar porque temen perder sus puestos.
Este abandono institucional no solo afecta la infraestructura, sino que golpea directamente el derecho fundamental a una educación de calidad, poniendo en riesgo el desarrollo integral de los estudiantes y el futuro de toda una generación.
Por ello, padres, alumnos y docentes esperan que el Ministerio de Educación y el Gobierno Municipal tomen cartas en el asunto, asignando recursos y realizando las obras necesarias para restaurar la escuela y el colegio de Cassia, garantizando así el bienestar y la seguridad de sus estudiantes.

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¿Dónde está el Ministerio de Educación?
Esa es la pregunta que retumba en cada aula sin ventilador, en cada baño sin condiciones higiénicas, en cada niño que estudia bajo techos con goteras y entre paredes agrietadas que amenazan con venirse abajo. Esa es la pregunta que se hacen los padres cada día al dejar a sus hijos en una institución que debería ser un refugio seguro y un espacio digno de aprendizaje.
Es inadmisible que, en pleno 2025, comunidades enteras deban seguir rogando por condiciones mínimas en sus instituciones educativas. Resulta indignante que las autoridades aparezcan solo para discursos y fotografías en actos oficiales, mientras que la realidad de escuelas como la de Cassia evidencia el total abandono y la falta de compromiso con la niñez y la educación pública.
El Ministerio de Educación no puede seguir siendo espectador pasivo ante situaciones como esta. La falta de inversión y atención no solo deteriora la infraestructura, sino que condena a cientos de chicos a estudiar en condiciones precarias, afectando su rendimiento, su salud y su derecho constitucional a una educación de calidad.
La pregunta sigue en pie, más vigente y dolorosa que nunca: ¿dónde está el Ministerio de Educación cuando más se lo necesita? ¿Cuántas escuelas más deben llegar al borde del colapso para que las autoridades reaccionen?
La comunidad de Cassia exige respuestas y acciones concretas. La educación de los niños no puede seguir esperando.
Desde esta redacción intentamos comunicarnos con la dirección del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) para conocer su postura sobre el lamentable estado de esta institución, pero hasta el cierre de este material no obtuvimos respuesta.
No obstante, seguimos abiertos a recibir cualquier pronunciamiento o aclaración que deseen realizar sobre el caso.
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