Desde el anuncio de la obra, que forma parte del sistema de alcantarillado sanitario que se implementará en San Ignacio, vecinos de la zona expresaron su oposición a la ubicación de la planta.
Los residentes del barrio Resistencia, lugar donde se prevé la construcción, iniciaron protestas alegando posibles impactos negativos, como contaminación ambiental, olores nauseabundos permanentes y otros inconvenientes.
En respuesta, técnicos de la Dirección de Agua Potable y Saneamiento (Dapsan) del MOPC ofrecieron una nueva explicación técnica sobre el funcionamiento del sistema. La presentación estuvo a cargo de Euclides Florentín, administrador del contrato de la obra, quien indicó que el cambio de localización de la planta es poco probable.
“Es complicado el traslado a otra zona de la planta de tratamiento de residuos cloacales del proyecto de alcantarillado sanitario, ya que la misma ya cuenta con todas las documentaciones correspondientes”, dijo.
Agregó que cuenta con el estudio y la licencia del impacto ambiental, así como con el presupuesto requerido para la construcción en esta zona. “Si se realiza el cambio, se tendrían que rehacer todas las documentaciones, lo que llevaría un tiempo considerable”, agregó.

Florentín señaló además que postergar la obra podría significar la pérdida del proyecto para la comunidad ignaciana. Aseguró que no representará un riesgo para la salud de los pobladores y que se han previsto mecanismos para controlar los olores.
“Está previsto todo el tratamiento de olores para que eso no pueda repercutir en la ciudadanía. Es una planta similar a la que se tiene en la ciudad de San Lorenzo, ubicada en una zona céntrica”, expresó.
Anunció finalmente que este miércoles 28 de mayo volverán a reunirse con los habitantes del barrio Resistencia para presentar más detalles del proyecto.