La prevalencia de hipertensos entre los paraguayos se observa mayormente en hombres. El 80% de los que padecen de presión alta son adultos de 60 años en adelante. El control de la presión arterial es esencial para prevenir y detectar la enfermedad, principal factor de riesgo cardiovascular.
La hipertensión arterial es definida como una presión arterial sistólica (PAS) persistentemente elevada >140 mmHg y/o presión arterial diastólica (PAD) de al menos 90 mmHg (directrices de la Sociedad Internacional de Hipertensión), y afecta a más de 1.500 millones de personas en todo el mundo.
Datos de la segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2022 del Ministerio de Salud Pública, realizada en personas de 18 a 64 años, revelan que, en Paraguay, la prevalencia de hipertensión arterial es de 38,5%.
Con esta encuesta se observó que los hombres presentaron mayor prevalencia de presión arterial elevada.
Desde la cartera sanitaria recuerdan que la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiacas como: las coronariopatías, insuficiencia cardiaca y muertes.
Es por ello que la detección temprana y el control son cruciales para reducir el riesgo de complicaciones y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, según señala la OPS/OMS.
Actualmente, llevar un estilo de vida saludable es considerado una estrategia de primera línea para la prevención y por sobre todo del control de la hipertensión arterial, conocido también como tratamiento no farmacológico.
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Las recomendaciones basadas en la evidencia bibliográfica aconsejan comenzar estas medidas estratégicas a una edad temprana, que incluya el mantenimiento de un peso corporal saludable, en primer lugar, porque los estudios científicos reportan un efecto causal entre la obesidad y el desarrollo de la hipertensión arterial de 100 a 200% más.]
En segundo lugar, se aconseja promover el aumento de diferentes tipos de actividad física y ejercicio físico que debe indicarse a lo largo de la vida, desde la infancia y la adolescencia, debido a los efectos antihipertensivos demostrados y también sus efectos favorables sobre otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares que pueden ser modificables.

Recomendaciones
- Aumentar la cantidad de ejercicios tanto aeróbico y de fortalecimiento muscular en todas las edades.
- Entrenamiento de la fuerza muscular adecuada a las condiciones de las personas representa una estrategia clave para potenciar la salud metabólica.
- Aumentar el ejercicio espontáneo, en diferentes momentos, como subir escaleras, desplazarse caminando o en bici hasta lugares próximos del trabajo o domicilio.
- Disminuir los periodos prolongados de tiempo sentado, mediante varias sesiones de pausas activas diarias.
- Bajar el consumo de sal.
- Alimentación variada que contemple la inclusión de frutas y verduras diariamente y el consumo de agua.
- Evitar el tabaquismo o abandonarlo en caso de que sea de un hábito tabáquico.
- No consumir alcohol.
- Manejo adecuado del estrés y de los niveles de sueño de calidad.