Juliana Oribe comentó que la pesca es una actividad muy sacrificada y muy poco valorada; sin embargo, en ningún momento dudó en ingresar junto con su pareja Victoriano Vera a las aguas del río Paraná para conseguir un poco de dinero para que a sus hijos no les falte alimento y vestimenta.
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Actualmente, solo le quedan dos menores en edad escolar, uno de ellos requiere mayor atención porque tiene síndrome de Down, por lo que no le deben faltar sus medicamentos, que son costosos, y, sobre todo, acompañamiento en las actividades escolares.

En otro momento, indicó que su mayor deseo es que sus hijos se preparen por medio de la educación y, de esa manera, puedan acceder a otras fuentes de empleo; en la actualidad, la pesca ya no es una opción porque casi no hay pescado, y con el tiempo irá desapareciendo. “Hay días que no se pesca ni un solo pez, es por eso por lo que deseo que se preparen para que no tengan que depender de esta actividad que se va apagando lentamente. Quiero que puedan tener una mejor calidad de vida”.
Finalmente, Juliana manifestó que se siente orgullosa de dedicarse a la pesca, porque, por más que sea muy sacrificada, le permite estar cerca de sus hijos y no tener que migrar a otras ciudades o países para trabajar y enviar dinero a casa. Tenía mucha esperanza de que con este gobierno la situación económica podría mejorar, pero ahora está muy desilusionada porque se está peor y no se avizora mejoría alguna.