Nuestra capital, Asunción, es sin dudas, uno de los escenarios más importantes de gran parte de nuestra historia. Si hablamos de la gesta libertadora, todavía más. En el Centro Histórico se desarrollaron los acontecimientos que vieron nacer a nuestra Nación y hoy algunas de sus principales calles llevan el nombre de sus protagonistas.
En esta nota te contamos cuáles son las más importantes vías que deben su nombre a estos acontecimientos y la historia de los personajes que están detrás de ellas.
Independencia Nacional: una gesta hecha calle
La calle Independencia Nacional de Asunción, más que una simple vía urbana, constituye un palpable testimonio de la historia paraguaya. Instituida por decreto del presidente Don Carlos Antonio López en 1849, su designación no fue arbitraria. Se pretendía consolidar un eje de nomenclatura que reflejara la identidad nacional, situando la calle como referencia primordial para la ciudad.

Sin embargo, según quedó documentado en algunos testimonios de esa época, la ocupación aliada tras la Guerra de la Triple Alianza impuso un cambio significativo. En 1871, se eliminó la palabra “Nacional”, evidenciando la vulnerabilidad y el sometimiento político de la nación. Este acto, aunque aparentemente menor, simbolizó la pérdida de la soberanía y el intento de socavar la identidad paraguaya.
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Afortunadamente, esta alteración fue corregida en 1942, cuando la Junta Municipal de Asunción oficializó el nombre original: Independencia Nacional. Este acto de reivindicación resuena como una declaración de reafirmación nacional, un rescate de la herencia cultural y un rechazo a las imposiciones externas.
Desde su nacimiento en la Bahía de Asunción hasta su prolongación hacia los bañados de Tacumbú, la calle Independencia Nacional atraviesa barrios emblemáticos y se erige como un eje vertebrador de la ciudad. Su historia, marcada por la grandeza, la derrota y la recuperación, la convierte en un monumento vivo de la memoria colectiva paraguaya.
Fulgencio Yegros: el legado de un prócer
Paralela a la calle Independencia Nacional se erige la vía que lleva el nombre de uno de los artífices de nuestra gesta libertadora: el Brigadier Fulgencio Yegros. La calle fue nombrada así por la Ordenanza 649 de 1942. La calle atraviesa el centro de Asunción, extendiéndose desde las cercanías de la Agrupación Especializada, en el barrio Tacumbú, hasta la intersección con la avenida Mariscal López.
Esta designación conmemora la vida y el papel fundamental de Yegros en la historia paraguaya. Nacido en 1780, Fulgencio Yegros pertenecía a una familia prominente con arraigada tradición militar y política. Su trayectoria castrense lo llevó a participar en importantes eventos, desde la defensa del territorio contra incursiones portuguesas hasta su destacada actuación en las invasiones inglesas y las batallas de Paraguarí y Tacuarí.
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A pesar de la confianza inicial que depositó en él el gobernador español Velasco, Yegros se unió a la causa revolucionaria, desempeñando un rol crucial en la gesta independentista de 1811. Fue elegido presidente de la Junta Gubernativa, consolidando su lugar en la historia como uno de los padres fundadores de la nación.

En 1820, por su participación en una conspiración contra el Dr. Francia, fue encarcelado y ejecutado en 1821. A pesar de su trágico final, la calle Brigadier Fulgencio Yegros sirven como un recordatorio constante de su contribución a la independencia y al desarrollo del Paraguay, así como de la complejidad inherente a los procesos de construcción nacional.
Vicente Ignacio Iturbe: el que intimó a Velasco
La Ordenanza N° 28 del 19 de diciembre de 1889 inmortaliza al capitán Vicente Ignacio Iturbe al nombrar una calle en su honor, reconociendo su significativo papel en la historia paraguaya. Esta arteria, ubicada entre la avenida Mariscal López y la calle Acá Yuasá, recorre los barrios Catedral, Gral. Díaz y Obrero, testificando la memoria de un hombre crucial en los albores de la independencia.
Nacido en 1785, Iturbe se destacó en las batallas de Paraguarí y Tacuary contra la invasión porteña. Sin embargo, su trascendencia reside en su participación activa en la gesta independentista del 14 y 15 de mayo de 1811. Su conocimiento de la inminente acción española, gracias a una confidencia significativa, permitió a los conspiradores adelantar el golpe y asegurar su éxito.
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Iturbe, líder entre la oficialidad joven, asumió la responsabilidad de intimar al gobernador Velasco, acto definitorio para la consumación de la independencia. Tras la declaración, fue designado delegado de gobierno y jefe de las milicias en Villa de San Pedro.

No obstante, su trayectoria culminó trágicamente, al participar en la conspiración contra el Dr. Francia, lo que le valió el fusilamiento tras años de encarcelamiento. A pesar de su final desafortunado, la calle que lleva su nombre perdura como un recordatorio constante de su valentía, su compromiso con la patria y su participación esencial en el nacimiento del Paraguay independiente. El legado de Vicente Ignacio Iturbe se materializa en una vía que atraviesa el corazón de Asunción, invitando a la reflexión sobre el sacrificio y la complejidad de los procesos históricos.
Pedro Juan Caballero: el coordinador del golpe
La designación de la calle Pedro Juan Caballero, formalizada inicialmente por la Ordenanza N° 28/1889 y ratificada posteriormente por la Ordenanza 649/42, representa un homenaje perdurable a un héroe crucial en la historia paraguaya. Anteriormente conocida como Apipé desde 1849, esta arteria, ubicada entre las calles Independencia Nacional, México e Iturbe, evoca la figura de un hombre nacido en Tobatí en 1786, cuya influencia resonaría en la gesta independentista.

Pedro Juan Caballero, militar de carrera y líder de los urbanos armados, demostró su valentía en las batallas de Paraguarí y Tacuarí. Su papel como uno de los principales conspiradores contra el gobierno español y su liderazgo en la Revolución de Mayo de 1811, materializada con la toma de los cuarteles en la noche del 14 de mayo, solidificaron su lugar en la historia.
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Fue él, con tan solo 25 años, quien coordinó el golpe y firmó las notas exigiendo la renuncia al gobernador Velasco. Más allá de su participación en la Revolución, Caballero fue vocal de la Primera Junta del Paraguay Independiente.
A pesar de su posterior confinamiento y acusación de conspiración contra el doctor Francia, su legado perdura. Su trágica muerte, plasmada en la inscripción “La crueldad del tirano no se saciará con mi sangre”, enaltece aún más su figura como un símbolo de la lucha por la libertad y la justicia en el Paraguay. La calle que lleva su nombre sirve como un recordatorio constante de su sacrificio y su inquebrantable compromiso con la patria.