Los manifestantes reclaman la estancia Lucipar, de 11.600 hectáreas, incautada al narcotraficante Luis Carlos da Rocha, alias Cabeza Branca, y actualmente bajo la administración de Senabico, para ser entregada a familias sintierra.
Tras el regreso del presidente Peña al país, los campesinos volvieron en masa a las rutas, portando machetes y palos, y realizaron un bloqueo de aproximadamente 30 minutos, en una medida de fuerza que desafió las advertencias de la Policía Nacional.
La tensión crece en la zona. La Policía redobló su despliegue y anunció que no permitirá más bloqueos, mientras los manifestantes se limitaron a marchar sobre media calzada, advirtiendo que cerrarán totalmente la vía si no obtienen respuestas inmediatas del Ejecutivo.
La semana pasada, representantes campesinos mantuvieron una reunión con autoridades nacionales, entre ellos el titular del Indert, representantes de Senabico, la Procuraduría General y el gobernador Freddy D’Ecclesiis, donde se pactó una tregua a cambio de una futura audiencia con el presidente.
Los líderes campesinos anuncian que endurecerán las protestas si no hay una solución inmediata. El ambiente continúa tenso, con campesinos acampando a la vera de la ruta y un fuerte despliegue de seguridad para garantizar el libre tránsito.