El doctor Alan Agüero, médico residente, presentó el 15 de abril pasado una nota mediante la cual denunciaba acoso laboral e irregularidades por parte del plantel médico y de docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) al cual estaba supeditado, en el Departamento de Cirugía del Hospital Militar Central de las Fuerzas Armadas.
Entre las acusaciones que realizó, se encuentran hostigamientos, coacciones, exclusión de aprendizaje y hasta inducción a la renuncia. También denunció que, como parte del acoso, fue tachado de “desequilibrado mental” y hasta obligado a una inspección psiquiátrica para evaluar su aptitud para la especialidad.
Ante estas denuncias, la Comunidad Educativa del Servicio de Cirugía General del Hospital Central de las Fuerzas Armadas, expresó a través de un comunicado su posición, reafirmando los principios de legalidad, responsabilidad y respeto mutuo que deben guiar todo proceso formativo, Defensa del derecho a denunciar y del debido proceso.
“Todo profesional en formación tiene derecho a denunciar situaciones que considere violatorias de sus derechos personales, laborales o formativos. La denuncia, en tanto ejercicio legítimo, debe ser atendida con responsabilidad, respeto y apertura institucional”, señala la primera parte de la nota.
Lea más: Residente denuncia acoso laboral y apunta al titular de Círculo de Médicos
Luego agrega: “Sin embargo, también corresponde recordar que toda denuncia pública, especialmente cuando se hace mediática, debe analizarse en el marco del debido proceso, con igualdad de condiciones para todas las partes involucradas. El testimonio del residente denunciante; el descargo y la versión de los docentes, jefes de servicio, directivos, compañeros mencionados o aludidos y otros”.
Con respaldo total
En otro momento, en el texto expresan su firme respaldo al equipo docente del Servicio de Cirugía General, integrado por profesionales que asumen con responsabilidad la tarea de formar especialistas mediante la enseñanza teórica, la práctica supervisada y la orientación ética en el ejercicio médico.
“La labor docente en un programa de especialización médica implica acompañamiento pedagógico, exigencia académica, evaluación permanente y compromiso con la excelencia. En ese marco, el cumplimiento de horarios, protocolos, responsabilidades clínicas y estándares profesionales no debe interpretarse como una forma de acoso laboral, sino como parte esencial del proceso formativo", remarca el escrito.
En otro renglón se refiere a lo relacionado con las acusaciones realizadas por el médico residente y apunta: “Las acusaciones involucran distintos actores del programa de especialización, entre ellos: los directivos del hospital, por no considerar un informe psiquiátrico y por presunta sobrecarga horaria; los docentes formadores, por supuesto hostigamiento y exclusión del proceso educativo; a los jefes de guardia, por coacción presión para abandonar la residencia; a los compañeros residentes, por aislamiento y falta de apoyo”.
A lo que añade: “Estos puntos señalados corresponden, hasta el momento, exclusivamente a la versión del denunciante y no pueden ser asumidos como hechos confirmados”.
Lea más: Muerte de médico residente: el duro cuestionamiento de un cirujano
La comunidad educativa del Servicio de Cirugía General del HC FFAA exhorta al residente Alan Agüero a reflexionar, como colega, sobre la gravedad de emitir juicios descalificativos contra todos los actores de un espacio formativo al que accedió voluntariamente y en el cual nunca se le negó la posibilidad de formarse.
“Le recordamos que el único punto cuestionado ha sido su desempeño y su conducta disciplinaria en un programa de alta exigencia académica, acreditado por su calidad”, concluye el comunicado.