El 16 de mayo de 2015, Cristina Arce fue brutalmente golpeada por su esposo. La intervención de la familia fue determinante para que tomara la decisión de cortar con 32 años de violencia familiar.
Motivada por la familia y por las campañas que instan a las víctimas a denunciar, Cristina se armó de valor para dar el paso siguiente y denunciar el caso para exigir justicia. Hoy, a casi 10 años de esta fecha tan significativa para este caso emblemático de violencia familiar, el caso sigue impune.
“Es un calvario para mí, porque estoy exiliada en los Estados Unidos, yo fui la que sufrí y conozco. Él es una persona muy peligrosa . Gracias a Dios no estoy en la lista de feminicidio, no fui una más, pero tengo miedo”, expresó.
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Es que si bien se pudo sortear las chicanas y lograr realizar el juicio oral y público que concluyó con la condena del acusado, ratificada en segunda instancia, esta no se cumple aún.
Actualmente, está pendiente de resolución en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia un recurso de casación presentado por la defensa el 20 de junio de 2022, pese a los numerosos urgimientos presentados por la víctima.
La condena por violencia familiar
En este caso específico, el acusado Hugo Cañete López fue condenado a 4 años de cárcel por violencia familiar en un juicio que concluyó el 17 de diciembre de 2019. Esta sentencia, la SD N° 240, fue confirmada el 7 de junio de 2022, por el Tribunal de Apelación de Cordillera.
A la fecha, la sentencia no se puede ejecutar aún debido a reiteradas chicanas presentadas por la defensa ante la Corte Suprema de Justicia, que ya rechazó siete acciones planteadas por la defensa.
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Yo me siento desprotegida, estoy superpreocupada, cuando vengo a Paraguay estoy encerrada, está difícil. Yo creí que iba a ser más rápido, no pensé que iba a llevar tanto tiempo, ya llegamos a los 10 años y él sigue libre como si nada y yo soy la que tengo que estar escondida”, acotó.