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Los papas Juan Pablo II y Francisco I comparten una singular historia relacionada con sus visitas a Paraguay: un automóvil Peugeot 405 SR de color blanco, que es parte de la flota de la concesionaria de Automaq.
“Ese auto tiene una conexión con Dios. Tiene una historia muy rica. Pasaron dos papas y un santo“, resaltó Jorge Pecci, director de la empresa concesionaria.
Pecci reveló a ABC que el vehículo fue parte de una flota de seis automóviles del mismo modelo que su padre Antonio Luis -entonces director de la empresa- había importado desde Francia, país de origen de Peugeot, para la visita del papa Juan Pablo II, en mayo de 1988.
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En principio rechazaron ofrecimiento
Contó que, en principio, los encargados de la visita del Papa en Paraguay le habían rechazado a su padre el ofrecimiento de vehículos para toda la comitiva del sumo pontífice.
Sin embargo, unos días después, desde la comitiva se comunicaron con los Pecci solicitándoles seis vehículos tipo estándar, nada lujosos y todos del mismo color, tal como pidió el sumo pontífice.

Fue así que su padre importó los seis 405 que sirvieron a la comitiva del entonces Papa en su recorrido en Paraguay, entre ellos el que transportó a Juan Pablo II por varios puntos del país, incluido un viaje a Villarrica.
“Mi padre era un creyente fervoroso y le pareció que (el ofrecimiento) era una obligación. Lo hizo sin buscar nada a cambio, por esa fe que él tenía”, expresó.
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Casi tres décadas después, le tocó a Francisco
Tras 27 años de conservarse, al Peugeot 405 le tocó volver a ser utilizado por un sumo pontífice: fue durante la visita de Francisco a nuestro país, en julio del 2015.
El Papa argentino se enteró de que Juan Pablo II había utilizado ese automóvil durante su paso por nuestro país y pidió que también lo transporte.
“Nunca supimos cómo él sabía que existía ese auto. Creemos que fue como un reconocimiento por su admiración a Juan Pablo II“, destacó su actual propietario.
A diferencia del sumo pontífice de nacionalidad polaca, Francisco lo utilizó una sola vez, cuando se trasladó en el Peugeot 405 desde la Catedral Metropolitana de Asunción hasta la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede. Pese a ello, para la familia dueña su valor espiritual incrementó aún más.

El relicario del santo Juan Pablo II
En agosto del 2022, el relicario del santo Juan Pablo II, quien fue canonizado justamente por Francisco en el 2014, visitó tierras paraguayas para la veneración de los católicos.
En aquella ocasión, el Peugeot 405 nuevamente puso en marcha y trasladó el relicario del santo hasta la Catedral de Asunción, donde se ofició una misa en su homenaje.
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Un valor incalculable
Pecci resaltó que el automóvil tiene un valor inconmensurable, considerando que trasladó a dos Papas, uno de ellos ahora santo.
“No tiene precio, es parte de la rica historia de Automaq y de mi padre. Es un recuerdo inolvidable de lo que pasó y de la visita increíble de su santidad Juan Pablo II”, subrayó.
Cuando no es utilizado, el ahora icónico Peugeot 405 con matrícula paraguaya es guardado en el depósito de la concesionaria, de donde se lo saca para aplicarle mantenimiento, para exposición o para servir como carro de novias para matrimonio de cercanos, según reveló su dueño.

Exposición en sede de concesionaria
El vehículo, tras la muerte de Francisco, está en exposición en el showroom central de la concesionaria dueña, ubicada en la calle Fulgencio R. Moreno y Yegros de Asunción.

Los que quieran conocer el mítico vehículo o tomar fotos pueden acercarse al local, de 08:00 a 18:00.