Ángel tenía 5 años en el 2015 cuando se hizo mediático, pues en ese año intentó regalarle su mascota al papa Francisco: un gallo de nombre “Felipe”. Fue durante la visita del sumo pontífice argentino a nuestro país.
Su decisión de entregarle a su gallo fue tras enterarse de que el Papa era amante del vori vori.
“Pilló que quería comer vori vori. Y le dije: ‘¿Vas a llevarle a tu gallo?‘, y me dijo: ‘Sí, mamá‘. Se fue corriendo con su gallito y nos fuimos a la nunciatura, estuvimos sentados mucho tiempo. No le pudimos alcanzar al Papa para regalarle el gallo”, contó la madre.

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El regalo del papa Francisco
Francisco, en compensación por no haber podido recibirlo y en agradecimiento por su gesto, le envió un rosario desde el Vaticano, que el niño y su familia lo retiraron de la Basílica de Caacupé.
“Me acuerdo de que lloré muchísimo. Estaba a lado de mi papá y él estaba llorando conmigo, después nos dieron el rosario”, comentó Ángel.

Un gallo cotizado
“Felipe”, luego de ser bendecido frente la nunciatura por el Papa, fue muy cotizado, incluso, alcanzando un valor de G. 5 millones. Sin embargo, la familia decidió no venderlo.
El adolescente, finalmente, tuvo que despedirse de su mascota, con quien dice haber tenido una conexión peculiar. “Yo dormía con mi gallo. Ponía una tortilla en mi boca y él comía conmigo. Él gritaba (en el frío) y yo le ponía bajo la frazada”, contó.

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Necesita un celular para estudiar
Ángel vive en precarias condiciones en el populoso barrio Cambala de Asunción y sueña con ser futbolista. Es parte del equipo de futsal del Club Cerro Porteño.
Actualmente, cursa el primer año de la media en el Colegio Adela Speratti, pero no puede seguir sus estudios de forma pertinente porque requiere de un celular para poder realizar sus tareas y estar al tanto de los avisos escolares.

El papa Francisco murió el pasado lunes, luego de una complicada situación de salud de la cual venía recuperándose, según informaron desde el Vaticano. Los ritos exequiales para despedirlo arrancaron ayer en la Santa Sede.