Caacupé: profunda reflexión sobre el perdón en la Pasión del Señor

En una emotiva celebración del Viernes Santo en la Basílica de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de la diócesis, compartió una profunda reflexión centrada en el perdón, la misericordia y la reconciliación, en el marco de la Pasión del Señor.

Obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela.
Obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela.Faustina Agüero

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“Prepárense para ese momento. Realicen penitencia, ayuno, mortificación… preparen el espíritu para salir al encuentro de esa persona a la que necesitan perdonar. Perdonen”, expresó el obispo, invitando a los fieles a vivir una auténtica conversión del corazón.

Valenzuela destacó que solo a través del perdón sincero se puede experimentar el retorno de la gracia y la amistad de Dios. Animó a los presentes a revisar sus relaciones familiares y laborales, y preguntarse si ya han perdonado a quienes los han herido.

“Este es el tiempo propicio para sanar, liberar el corazón y reencontrarnos con el amor divino que siempre está dispuesto a perdonar”, afirmó. Retomando las enseñanzas de San Pablo, el obispo recordó que es necesario deponer la ira interior antes de que caiga la noche y reconciliarse con el adversario tan pronto como sea posible.

“Perdonar no es solo un acto emocional, es una decisión espiritual. Jesús nos llama a amar incluso a nuestros enemigos, a hacer el bien a quienes nos odian, y orar por quienes nos calumnian”, subrayó.

Misa en Caacupé por el Viernes Santo.
Misa en Caacupé por el Viernes Santo.

Buen samaritano

En su mensaje, también hizo referencia a la parábola del Buen Samaritano, como modelo supremo de amor y misericordia: “El samaritano no solo perdonó, sino que se hizo cargo del otro, lo levantó, lo curó, lo amó. Al final, Jesús dijo: ‘Ve, y haz tú lo mismo’. Esa es nuestra misión: no solo evitar el mal, sino hacer el bien, incluso al que consideramos enemigo”, explicó.

Finalmente, recordó que el perdón auténtico conquista el corazón humano, nos hace semejantes a Cristo y nos abre las puertas del Reino.

“Sabemos que perdonar no es fácil. Nuestro corazón, muchas veces inclinado a la venganza, necesita el auxilio de la gracia. Por eso hay que pedirla humildemente, y así poder rezar sinceramente: ‘Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos’”, expresó.

En este Año de la Misericordia y Jubileo 2025, el obispo animó a los fieles a aprovechar la gracia de la indulgencia plenaria como una gran oportunidad de reconciliación con Dios y con los hermanos. “El Señor es misericordioso. Aprovechémosla. Y así sea”, concluyó.

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