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“Prepárense para ese momento. Realicen penitencia, ayuno, mortificación… preparen el espíritu para salir al encuentro de esa persona a la que necesitan perdonar. Perdonen”, expresó el obispo, invitando a los fieles a vivir una auténtica conversión del corazón.
Valenzuela destacó que solo a través del perdón sincero se puede experimentar el retorno de la gracia y la amistad de Dios. Animó a los presentes a revisar sus relaciones familiares y laborales, y preguntarse si ya han perdonado a quienes los han herido.
“Este es el tiempo propicio para sanar, liberar el corazón y reencontrarnos con el amor divino que siempre está dispuesto a perdonar”, afirmó. Retomando las enseñanzas de San Pablo, el obispo recordó que es necesario deponer la ira interior antes de que caiga la noche y reconciliarse con el adversario tan pronto como sea posible.
“Perdonar no es solo un acto emocional, es una decisión espiritual. Jesús nos llama a amar incluso a nuestros enemigos, a hacer el bien a quienes nos odian, y orar por quienes nos calumnian”, subrayó.
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Buen samaritano
En su mensaje, también hizo referencia a la parábola del Buen Samaritano, como modelo supremo de amor y misericordia: “El samaritano no solo perdonó, sino que se hizo cargo del otro, lo levantó, lo curó, lo amó. Al final, Jesús dijo: ‘Ve, y haz tú lo mismo’. Esa es nuestra misión: no solo evitar el mal, sino hacer el bien, incluso al que consideramos enemigo”, explicó.
Finalmente, recordó que el perdón auténtico conquista el corazón humano, nos hace semejantes a Cristo y nos abre las puertas del Reino.
“Sabemos que perdonar no es fácil. Nuestro corazón, muchas veces inclinado a la venganza, necesita el auxilio de la gracia. Por eso hay que pedirla humildemente, y así poder rezar sinceramente: ‘Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos’”, expresó.
En este Año de la Misericordia y Jubileo 2025, el obispo animó a los fieles a aprovechar la gracia de la indulgencia plenaria como una gran oportunidad de reconciliación con Dios y con los hermanos. “El Señor es misericordioso. Aprovechémosla. Y así sea”, concluyó.