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Poco movimiento registra el centro capitalino en este Jueves Santo. En las calles, algunas que otras personas caminando, mientras que la mayoría de los comercios amanecieron cerrados. Algunos de estos, del rubro gastronómico, estaban con sus clientes, mientras que los cambistas esperaban a los interesados en cambiar billetes.
En la zona del Mercado Municipal N° 4 hay más trajinar de gente. Con bolsas en las manos, se retornaba a los hogares para preparar el almuerzo o para la cena, que tradicionalmente se denomina “karu guasu”.
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En los alrededores de la Catedral Metropolitana, desde las 9:00, un sector de la sociedad se concentró para participar de uno de los actos litúrgicos del Jueves Santo: la misa crismal, durante la cual se consagraron los oleos (aceites) mientras los sacerdotes renovaron los compromisos que asumieron en el día de su consagración.
En la Costanera Norte, en las primeras horas, se observó a personas que realizaban trotes, caminatas o andaban en bicicleta. Hoy, los supermercados aún abren para las ventas, antes de la pausa del Viernes Santo. Este era el panorama asunceno a medida que transcurre el día.
En cambio, a primeras horas de la mañana, a las 6:00, cuando aún faltaban minutos para clarear, algunos beodos deambulaban por las calles y otros esperando un bus, quizás para retornar a sus hogares. Entretanto, en las esquinas estaban los vendedores de chipa, en camionetas y los de puestos fijos y tradicionales sobre la calle Palma.
A esa hora de la mañana, el tránsito era casi nulo; se pudo notar que algunas empresas de transporte trabajaban, pero con pocos pasajeros.