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La escuela y colegio República de Nicaragua se ha convertido en mucho más que un centro de enseñanza. Cada día, más de 550 alumnos asisten a clases y, para muchos de ellos, el almuerzo escolar, recibido en el marco del plan Hambre Cero, es su principal comida. Sin embargo, la institución enfrenta un desafío importante: la falta de un comedor amplio y adecuado para atender a todos los estudiantes de manera digna y eficiente.
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La directora del centro, Leiva, explicó que, si bien los insumos alimenticios no son un problema, la infraestructura sí lo es. “Este año tenemos 550 alumnos. El número ha crecido y eso implica más platos, más organización y, sobre todo, más espacio”.
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La institución procura adaptarse a las necesidades logísticas. En el turno de mañana, donde la matrícula es más alta, los almuerzos se distribuyen directamente en las aulas. En el turno tarde, se sirven en la sala habilitada laboratorio, que ahora se utiliza para comedor. También se entrega la merienda a diario, según el cronograma nutricional.
A pesar de todos los esfuerzos, persiste la necesidad de un comedor adecuado. “Lo que más necesitamos ahora es un espacio amplio, con las condiciones necesarias para servir bien a todos los alumnos. La cantidad crece, pero el espacio sigue siendo el mismo”, expresó la directora.
Los escolares se sirven en incómodos pupitres
En cuanto al suministro de alimentos, la directora destacó con satisfacción que las frutas, verduras y carnes llegan puntualmente, en cantidad suficiente y en óptimas condiciones. Las cocineras hacen un gran trabajo al preparar los menús variados cada día, y eso también es fundamental para el bienestar de los chicos.
Sin embargo, no todos los estudiantes almuerzan en la escuela, explicó la directora. La aceptación del menú varía según el día. “Hay comidas que no les gustan, entonces no se acercan a comer”. Agrega que “el puré de papa con salsita es uno de sus favoritos, pero no podemos repetirlo seguido. Tenemos un menú rotativo. Cuando no les gusta, algunos prefieren ir a almorzar a su casa”, explicó.
En la cocina dispone de todos los utensilios, sistema de refrigeración, carne, verduras de calidad y un excelente plantel de cocineras. Pero, al momento de servir el almuerzo, los alumnos del turno mañana no tienen un lugar adecuado.
Constatamos que hay grados que cuentan con sillas y mesitas, y otros que reciben el plato de comida, la ensalada y el postre en incómodos pupitres. Algunos de los niños se ven obligados a poner el plato de ensalada en sus regazos con tal de alimentarse, ante la falta de un lugar adecuado para recibir sus alimentos.
Desde este año, 33.705 estudiantes del departamento se benefician con el almuerzo escolar, en el marco del programa Hambre Cero. El programa Hambre Cero llega a un total de 400 instituciones educativas en esta parte del país, con una inversión adjudicada de G. 94.176.930.960 a la empresa Ladero Paraguayo S.A., representada legalmente por Hugo Cáceres Florentín.
En el departamento de Paraguarí, en la planilla de microplanificación del 2024 se había reportado la falta de comedor en 117 escuelas.