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El Tribunal de Sentencia de la ciudad de Luque, presidido por el juez Rodrigo Duré e integrado por Lilian Flores y Jorge Romero, declaró culpable de los hechos de violencia familiar y abuso sexual en niños a una mujer de 45 años, que sistemáticamente entre 2019 y 2021 maltrató, en diversas formas, y abusó sexualmente de sus nietos de 6 y 9 años, en la ciudad de Ñemby.
El Ministerio Público estuvo representado en el juicio oral y público, que culminó este lunes, por la fiscala Lourdes Bobadilla, quien sostuvo la premisa acusatoria mediante informes obtenidos durante la etapa preparatoria, así como otro tipo de pruebas ofrecidas, entre ellas la evaluación psicológica de las víctimas, que arrojó daño e impacto psicológico grave.
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Según los datos, son cinco hermanos y nietos de la condenada. Todos habían quedado a la deriva, luego de que su madre –adicta a las drogas– haya caído detenida por posesión. Algunos de ellos quedaron a cargo de otras familias, mientras que los hermanos de 6 y 9 años quedaron con su abuela materna, que vivía con sus dos hijos, un joven de 15 años y una mujer mayor de edad.
Los hermanitos recibieron todo tipo de malos tratos y abusos mientras estaban con su abuela, igual que su tío de 15 años. La situación fue denunciada por los vecinos en forma anónima a través de la línea telefónica 147 Fono Ayuda. Tras la intervención de la Fiscalía, la Policía y otras instituciones los pequeños quedaron a cargo de la organización Aldeas infantiles SOS.

Golpeados con candados, quemados con cigarrillo y abusados por la abuela
De acuerdo con lo que informó la fiscala del caso, Lourdes Bobadilla, en mayo de 2021 la línea 147 recibió una denuncia anónima y de ahí se comunicó al Ministerio Público. La misma señalaba que los hermanos de 6 y 9 años era constantemente golpeados por parte de su abuela de 45 años, incluso el hijo de ella y tío de los menores, de 15 años.
Los maltratos eran principalmente físicos y consistían en golpes en la cabeza con candados. Estos les causaba heridas visibles a los niños. También, los hermanos eran quemados en distintas partes del cuerpo con cigarrillos. Todo esto se pudo constatar médicamente con la presencia de equimosis y escoriaciones.
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Por otra parte, la denuncia que recibió la fiscala daba cuenta de que la niña de 9 años, además de los castigos físicos, también era víctima de abuso sexual en forma sistemática por parte de su propia abuela. Estas conductas consistían en manoseos en las partes íntimas de la menor de edad.
De la misma forma, su hermano de 6 años y su tío de 15 años eran obligados a realizar actos de naturaleza parecida, siempre según la denuncia recibida en el Ministerio Público. Todo esto sucedía cuando la abuela estaba alcoholizada, lo que ocurría permanentemente.
Es así que, tras tener conocimiento de todo esto, se imprimió el protocolo correspondiente con la revisión médica y contención psicológica, expuso la representante del Ministerio Público.
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Víctima relató el terror a manos de su abuela
La hermana mayor fue sometida a estudio psicológico en Cámara Gesell. En este espacio refirió: “soy la mayor de cinco hermanos. Algunos de mis hermanos están viviendo en otras casas con familias y fueron adoptados. Mi madre está en la cárcel porque le abandonó a mi hermana de un mes de nacida y fuma crack”.
En otro momento, ante una especialista expresó: “quiero contarte que mi abuela me toca mis partes íntimas y eso ocurrió varias veces, me duele cuando me hace, me quema cuando hago pipí. A mi hermanito ella le toca también y le muerde su espalda, yo trato de defenderle”. Reveló que sufre esta situación desde que tiene 7 años.
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Añadió la niña “a mi tío también le hace groserías”.
Así también mencionó que “ella (por su abuela) toma y fuma mucho eso que fuman los hombres, crack se llama”.
Condenada hacía trabajar a sus nietos y del dinero compraba caña
La agente fiscal Lourdes Bobadilla describió que durante la diligencia en cámara Gesell, la niña refirió que su abuela les hacía vender pomelos, a ella y a su hermanito, y que con el dinero que obtenían como ganancia, ella finalmente compraba caña y se embriagaba.
En cuanto a la comida Bobadilla expuso eran los niños quienes cocinaban, pero la abuela sacaba la carne de la comida y los dejaba sin comer. Finalmente, comían con una vecina a la cual consideraban como “tía del corazón”, según el relato hecho por la propia pequeña.
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Otro punto que indicó la menor de edad es que en la noche y madrugada, ellos deambulaban solos por las calles, sin atención ni supervisión mínima, relató la fiscala Lourdes Bobadilla, quien agregó que estos hechos causaron daño psicológico e impactó profundamente en las víctimas, según el informe del profesional.