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El relato indica que el pasado domingo 30 de marzo, alrededor de las 11:00, el intendente Cristóbal “Kiko” Villalba López (colorado cartista) se presentó a la base de la Patrulla Caminera, en La Paloma, distante unos 30 kilómetros de Saltos del Guairá, para reclamar que un agente no le haya atendido el celular cuando este procedía a retener un rodado de alta gama al mando de un amigo suyo, a quien llamaron por haber sido retenido.
El intendente llegó al local de la Patrulla Caminera, ubicada en la entrada del área urbana del distrito de La Paloma, y sin mediar palabras le dio un puñetazo en el rostro al inspector José Paredes, a quien rompió un diente y le arrebató el celular, según la denuncia presentada en la Policía Nacional y la Fiscalía.
El ejecutivo comunal también le habría gritado que él es el dueño de la ciudad y que le debía “obedecer y atender”. El intendente llegó acompañado de un personal policial de la Comisaría 2ª, quien no actuó pese a la flagrancia por parte del intendente Villalba, añade la denuncia.
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Luego del hecho, el agente de la Patrulla Caminera realizó la denuncia en sede de la Comisaría local y el caso fue remitido al Ministerio Público. Llamativamente, el fiscal asignado para investigar el caso, Ramón Ferreira, viajó para un curso al día siguiente del reporte. Este dijo que lo reemplaza su colega Sonia Raquel Benítez, agente recientemente asignada a la unidad número 3 de Saltos del Guairá.
Ferreira señaló que no puede opinar sobre el caso porque no llegó a intervenir, “pero por lo que escuchó, podría tratarse de un hecho de acción privada, o no”. El agente se mostró escurridizo y temeroso al ser abordado sobre el tema.
Cristóbal “Kiko” Villalba protagoniza reiterados hechos de patoterismo en su función, según las denuncias. En julio de 2018, amenazó con “quemarlo” a un agente de la Patrulla Caminera de La Paloma; en diciembre del mismo año, haciendo alarde de traficante de influencias, habría ofrecido G. 3 millones a policías de la Subcomisaría 44 de Minga Porã, en el Alto Paraná, para liberar a un amigo suyo, un brasileño que estaba en total estado etílico.
En aquella ocasión, la policía se negó a la coima y les amenazó con llegar allí con “la diputada”. Se habría referido a su hermana Cristina Villalba (ANR-HC), diputada por Canindeyú.
En otro episodio, en junio de 2022, derruyó el equipo de trabajo del periodista Juan Alcaraz, quien cubría las elecciones en La Paloma, y lo filmó al violar leyes electorales al entrar al cuarto oscuro con una votante, siendo él candidato. En diciembre del mismo año, agredió a un votante en un arranque de ira.
Estos episodios de violencia denunciados quedaron impunes, gracias al temor que infunden “los Villalba” entre las autoridades electas y no electas de todo Canindeyú.
Intentamos hablar con el intendente, pero no respondió nuestras llamadas telefónicas.